
La conferencia sobre las relaciones entre la Unión Europea y Cuba, celebrada en Bruselas, sirvió como espacio para que los representantes cubanos, en oposición al régimen castrista, expusieran su escepticismo sobre el acuerdo de cooperación entre ambos países, que será sellado a principios del año entrante.
Según reseña 14 y medio, Rosa María Payá, promotora de la campaña Cuba Decide; Pedro Fuentes Cid, portavoz del Consejo del Presidio Histórico Cubano, y Mario Felix Lleonart, pastor bautista y coordinador del Encuentro Nacional Cubano lamentaron que la sociedad civil cubana, no cumpla su rol en las negociaciones del acuerdo que sustituirá la Posición Común, que desde 1996 ha delineado las relaciones de los Veintiocho con la Isla.
Por su parte Ben Nupnau, funcionario de la División para México, América Central y el Caribe del Servicio Europeo de Acción Exterior, manifestó el buen deseo de Europa en los efectos positivos que el acuerdo de cooperación podría tener en la democratización y el respeto a los derechos humanos en el país.
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Pero ante esto los cubanos presentes argumentaron que el Gobierno de la Isla no ha dado a la Unión Europea, ninguna demostración de buena voluntad, al continuar las acciones represivas en contra de la disidencia, una muestra de ello los 54 domingos de hostigamiento a las Damas de Blanco y a las estadísticas mensuales de detenciones arbitrarias elaboradas por la Comisión de Derechos Humanos y de Reconciliación Nacional.
Gracias @ALDEgroup por escuchar las propuestas cubanas q esperan el apoyo d @Europarl_EN #CubaDecide pic.twitter.com/bV1u3ec7bz
— Rosa María Payá A. (@RosaMariaPaya) May 31, 2016
Lo cuestionable de este acercamiento, para los representantes cubanos, fue el total hermetismo sobre el cual se envolvió el acuerdo, porque ni la sociedad cubana ni la europea, fueron tomados en cuenta para darle forma al contenido de las negociaciones.
Tal y como ha ocurrido con el acercamiento con Estados Unidos, la sociedad civil cubana continúa estando por fuera de las negociaciones. Esta posible competencia entre las potencias, en nada beneficia al cubano de a pie, por la decisión de las partes.
Una muestra de la falta de voluntad del gobiero cubano de integrar a toda la sociedad cubana, fue la no comparecencia de la Embajadora de Cuba en Bruselas, Norma Goicochea Estenoz, declinó la invitación a participar en la conferencia y envió un correo electrónico para explicar que no podía coincidir en el mismo espacio con “mercenarios”.
Esta actitud de la embajadora responde a las lineas discursivas de un gobierno intransigente que no busca entablar diálogo con la disidencia, capaz de negociar con potencias extranjeras por intereses económicos, pero no de escuchar al pueblo al que según se debe.