(Wilfredo Cancio Isla) La pionera Marian Gómez Labañino (¿algún lazo con el espía?) se paró este lunes en el escenario de la Sala Universal de las FAR para declamar un viejo poema de mitologización a Fidel Castro en ocasión del acto por el 55 aniversario del Ministerio del Interior (MININT).
El acto fue transmitido de manera diferida al término del Noticiero Nacional de Televisión, a las 8:30 p.m.
De toda la velada “artística”, sin dudas la pionerita y los declamadores resultaron los momentos más desconcertantes. Y reveladores a la vez.
La pionerita declamó un viejo panfleto de agitprop del Indio Naborí, titulado “Para que nadie tenga que decir“. Es un canto a la chivatería colectiva de los ciudadanos para que Fidel no tenga que estar detrás de todo arreglándolo. Parte del mito de la ubicuidad del comandante y de aquella creencia de que “si lo viera Fidel“, “si lo supiera Fidel” los problemas estarían resueltos.
Un poema seleccionado para amoldarlo al elogio una entidad represiva, el brazo del control, el espionaje y la delación del proceso revolucionario.
Es sencillamente brutal tomar a una niña para darle voz a semejante estropajo seudopoético.
Este espectáculo es parte de la campaña de reafirmación de la Historia (su Historia) para responder al discurso de Obama en la isla. El kitsch político y la agonía propagandística con los menores serían buenos temas de debate en la prensa cubana o en alguna de las publicaciones “alternativas” surgidas dentro de Cuba con la anuencia del gobierno, aunque a algunas les resultarán cuestiones ajenas, pues segun dicen su estilo editorial “evita las polarizaciones políticas”.
Aquí les dejo con Marian, cantándole al MININT sin todavía saber, a sus escasos años, el color de la vida.