Resulta verdaderamente vergonzoso que ni Pedro Víctor Simón Rodríguez, el reelegido secretario general en la recién culminada Primera Conferencia Nacional del Sindicato de Trabajadores del Comercio, la Gastronomía y los Servicios (SNTCGS) ni los periodistas del semanario Trabajadores que dieron a conocer de manera bastante resumida lo acontecido en la citada conferencia, no señalaran los principales problemas que hoy afectan a los trabajadores de ese sindicato.
Como en Cuba no hay libertad sindical ni informativa, tanto los sindicatos que forman parte de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) como los medios oficiales, todos sin excepción, son dirigidos, controlados y supervisados por el Partido Comunista, que es el que dice en última instancia lo que se le puede decir a los trabajadores y la información que se le debe brindar al pueblo.
Tanto el secretario general del SNTCGS en su discurso como los periodistas del semanario Trabajadores que escribieron el trabajo “Estos tiempos exigen un sindicato con liderazgo”, publicado el 30 de mayo, tuvieron el cuidado de no reflejar los temas conflictivos que fueron planteados por los delegados en la citada Primera Conferencia Nacional y no dijeron ni jota de los problemas salariales de los trabajadores de este importante sector de servicios.
Del total de trabajadores del SNTCGS, 329 576 están afiliados a la CTC, lo que representa el 93% de sindicalización de todo el sector. De ellos, 100 613 son trabajadores contratados que laboran en los establecimientos privados y las 124 Cooperativas No Agropecuarias.
Uno de los asuntos más grave pendiente de solución en dicho sector es el de los bajos salarios. A ese problema se suma el deplorable estado de mantenimiento e higiene que presentan los miles de establecimientos de comercio, la gastronomía y los servicios propiedad del Estado, cuyas ventas están por el piso por la poca variedad y calidad de sus ofertas.
Ante la desidia del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), que no da la menor señal de resolver estos asuntos, la solución encontrada por los trabajadores y administradores de estos establecimientos para aliviar sus precariedades y afrontar el alto costo de vida, es el sórdido trapicheo, el desvío de recursos y la venta ilegal de las mercancía a ellos asignadas.
El principal destino de esas mercancías son los establecimientos privados y la CNA dedicadas a la venta de comestible, porque el Estado a estos emprendedores no estatales todavía no se le ha autorizado la compra mayorista de los insumos que necesitan para que sus negocios marchen.
En el informe “Salario medio en cifras. Cuba 2016”, en su edición de abril de 2016, emitido por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) se explica que el salario medio en Cuba es de 27 dólares mensuales, pero el de los trabajadores del comercio, la gastronomía y los servicios es de 26 dólares.
Con tan bajo salario, es bastante difícil que los hechos delictivos que ocurren en el sector se puedan erradicar.
En el documento aprobado por el VII Congreso del Partido Comunista, en el capítulo referido a las principales formas de propiedad sobre los medios de producción -la estatal, la mixta, la cooperativa y la privada-, se enfatizó en la prioridad de la propiedad estatal y el papel complementario de las restantes. Pero en cuanto a salarios, los trabajadores de la gastronomía estatal no están priorizados.
En estos momentos se produce un éxodo de trabajadores del sector de los servicios a los emprendimientos no estatales. En ellos el trabajador que menos gana cobra alrededor de 60 dólares mensuales. Los salarios de los que laboran en restaurantes y hostales, sobrepasan los 100 dólares. Los anticipos de los asociados a las CNA están por el orden de los 160 dólares mensuales. Es decir, que la situación salarial de los que laboran en la actividad privada es bastante ventajosa, no así la de los que trabajan para el Estado.
origenesmadiba@gmail.com; Osmar Laffita Rojas
