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La voz del presidio político, desde una escuela convertida en cárcel

El activista Rolando Yosef Pérez
El activista Rolando Yosef Pérez (foto de archivo)

Desde una celda de la prisión conocida por Ceiba 5, en la provincia de Artemisa, el preso político Rolando Yosef Pérez Moreira logró –a través de manos amigas– hacer llegar una carta a CubaNet fechada a principio del mes en curso, donde denuncia las opresiones a que son sometidos los 376 prisioneros de este intempestivo reclusorio cubano, un recinto que hace unos años era la escuela secundaria básica Simón Bolívar.

Carta enviada por Rolando desde la prisión
Carta enviada por Rolando desde la prisión (Foto: León Padrón)

En su carta el opositor, que extingue una sanción de tres años de cárcel, comienza diciendo: “Es posible que la narración de lo que transita cualquier preso político antes y después del cautiverio en las prisiones cubanas, sea una muy pequeña realidad para muchos, y lo entiendo. Pero la magnitud de tantos maltratos, humillaciones y pesadumbres que sufren todos los reclusos en general, es imposible contarlos a través de estas cortas líneas, se requiere soportarlos”.

Dorso de la carta enviada por Rolando
Dorso de la carta enviada por Rolando (Foto: León Padrón)

Describe Pérez Moreira que desde su llegada a Ceiba 5, procedente de la prisión de Taco Taco donde estuvo recluido por varios meses, ha tenido encima el ojo del oficial de la Seguridad del Estado Javier Revoso Pérez, quien atiende cárceles y prisiones en esta provincia. “Este gendarme me ha sometido a varias requisas sorpresivas, me decomisó algunos folletos de José Martí, varias cartas dirigidas a familiares y amigos, donde manifiesto la terrible situación de la contaminación del agua en este lugar, la falta de medicamentos y jeringuillas, el maltrato de los guardias a los familiares, que en muchas ocasiones los hacen regresar a sus casas cuando vienen a traerles comida y otros objetos que necesitan los internos. De igual manera me incautó un diario personal y otros objetos, alegando que son subversivos y contrarrevolucionarios. Pero no bastándole, unos días después se apareció en mi celda acompañado de un teniente coronel y otro oficial, quienes me amenazaron con abrirme otra causa si continuaba con mis refutas debido a lo que sucede en Ceiba 5”.

Además de estas muestras, Yosef denuncia en su misiva el uso de la población penal como mano de obra barata. Según su descripción, la mayoría de los reclusos de Ceiba 5 trabajan en el desmantelamiento de la antigua Fábrica Textil de Ariguanabo, demoliendo y derribando las viejas construcciones. En el lugar, y por orden de Ramiro Valés –ex ministro del Interior y Comandante de la Revolución– se reconstruyen grandes almacenes a costa del trabajo de los presos que, además de estar mal alimentados y remunerados, se les asignan los trabajos más peligrosos sin proveerlos de los medios de protección necesarios. “Ya algunos sufrieron terribles accidentes” subrayó Rolando, y ejemplifica: “Yolexis Gonzales Almeida estuvo a punto de perder la vida cuando un pedazo de concreto le produjo una enorme herida en la cabeza por falta de casco de resguardo; también Héctor Posveco Palma, sufrió fractura en las dos piernas cuando un andamio se vino abajo, y ambos permanecen en la enfermería de la prisión donde la falta de atención especializada y medicamentos para el dolor, constituyen un tormento añadido”, informa el opositor en su carta.

Estas violaciones a los presos en la prisión de Ceiba 5 no constituyen hechos aislados. Varios opositores que sufrieron cárcel coinciden en asegurar que sería imposible presentar todas las historias de cada caso del presidio políticos cubano, ni los sufrimientos por lo que pasaron. “Se necesita dedicarles una enciclopedia para recoger los hechos injuriosos de las más de 320 cárceles y campos de concentración que existen en Cuba para mujeres, hombres, menores y militares”, dijo el activista Luis Alberto Álvarez Bravo.

En tal sentido Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), reiteradamente se ha referido a los cuantiosos reportes de los maltratos que sufren todos los presos políticos cubanos y la población penal en general. “Resulta imposible una cuantificación abarcadora de estos hechos, dada la naturaleza opaca y cerrada del régimen imperante en Cuba hace seis décadas”, acotó Sánchez hace unas semanas atrás.

No han servido de mucho las exigencias de la CCDHRN y otras organizaciones dentro y fuera de la Isla para que las autoridades cubanas permitan las inspecciones, de manos de organismos internacionales, a los centros penitenciarios. Y si bien poquísimas veces lo consintieron, varias organizaciones de la oposición democrática aseguran que las visitas fueron bien controladas.

Lamentablemente, hasta hoy, todo trato ominoso que ocurre dentro de ellas, es contado, a pesar del riesgo que supone, por hombres como Rolando Yosef Pérez que hablan por los que no lo pueden hacer, a través de cartas o llamadas telefónicas que pocas veces se escapan del control de los oficiales que en ellas operan.

leonpadron16@gmail.com

Publicado en CubaNet

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