“Ellos son inocentes y son nuestros hijos, pedimos orar por todos” decía entre lagrimas una madre hispana quien se encontraba a las afueras de un hotel cuando recibió la falta noticia de que su hijo estaba dentro de las victimas de la masacre que tuvo lugar en un sitio nocturno de Orlando, Florida.
“Esto es inexplicable, insoportable por no saber nada, vivo o muerto pero no sabemos nada, no contestaba en teléfono y eso es fuerte” dijo otra madre quien estaba esperanzada en encontrar a su hijo con vida.
Medicos residentes y voluntarios de todas partes de Florida llegaron al hotel donde se encontraban las victimas para prestarles la asistencia necesaria.
Uno por uno los familiares y amistades de las victimas llegaban al hotel a recibir las noticias.