La política de la Administración Obama hacia el Gobierno cubano ha tenido el efecto de encallar los esfuerzos de quienes luchan por la democracia en la Isla, los activistas que han pasado sus vidas luchando contra el régimen con enormes costos personales, destaca el diario The Washington Post.
El medio estadounidense expone en un artículo las principales preocupaciones que enfrentan líderes opositores como Óscar Elías Biscet y José Daniel Ferrer, de visita por estos días en Estados Unidos, así como establece las coincidencias y contrasta las distintas visiones que poseen del acercamiento Washington-La Habana.
“Los principales disidentes de Cuba están seguros de su elección”, destaca el Post y cita a Biscet y su deseo de “construir un movimiento cívico, no violento que revoque el régimen y traiga la democracia a Cuba”.
RECOMENDADO: Elías Biscet: “Régimen permitió la salida de disidentes por estrategia política”
Para el periódico, “el presidente Obama ha apostado por el otro lado. Ha pasado los últimos años cultivando el régimen de Raúl Castro, en la teoría de que las relaciones diplomáticas normales y el aumento del comercio dará lugar, finalmente, a una mayor libertad para los cubanos”.
Cree que la actual Administración fue muy “lejos” en el anuncio de la apertura al concluir que “ni los cubanos ni los estadounidenses deberían desear el ‘colapso’ del régimen de Castro”.
Menciona la oposición absoluta de Biscet a la “legitimización del régimen”, mientras explica que Ferrer “evita la condena” porque Obama es “muy popular entre los cubanos” y están “esperanzados con un posible cambio”. Refleja asimismo el temor de ambos de que “el régimen sea el que salga ganando”, según palabras de Ferrer.
“Ellos no piden otro cambio radical de la política de Estados Unidos —considera el diario—; sólo medidas que ayuden a sus movimientos políticos en ciernes. La más importante acercar el acceso a la información, más radiodifusión desde Estados Unidos, más internet, más de todo lo que pueda proporcionar a los cubanos noticias sin censura”.
Y concluye subrayando una realidad apuntada por Ferrer. “El control que el régimen tiene sobre los medios de comunicación es el mayor obstáculo para que las personas despierten y canalicen su rebeldía”.
Publicado originalmente en Diario de Cuba
