El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reaccionó nuevamente a la posibilidad de una gesta “intervecionista” en su país.
En el supuesto de que suscitara un aislamiento internacional, Maduro aseguró que no le “temblaría el pulso” para radicalizar su accionar, valiéndose de sus facultades como primer mandatario.
“Si las fuerzas de la derecha imperial, aprobaran en alguna instancia un plan para expulsar a Venezuela, para suspenderla, para excluirla o para intervenir a Venezuela, si eso llegara a suceder, tengan la seguridad de que no me temblaría el pulso para tomar las medidas más radicales que pueda tomar.”
“No me temblará el pulso para radicalizar la revolución” sentenció Maduro.
Bajo el ojo del huracán
El próximo 23 de junio será celebrada la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un momento crucial para Venezuela.
La activación de la Carta Democrática al país suramericano, por solicitud del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, depende de este encuentro.
La canciller venezolano, ha emprendido una campaña exigiendo la salida de Almagro, de la dirección de la organización por ser un duro crítico del régimen venezolano, tras apoyar la realización de un referendo revocatorio, exigir la liberación de los presos políticos, y subsanar la crisis de escasez y desabastecimiento que ya ha cobrado vidas en Venezuela.