El rap cubano esta atravesando por momentos difíciles. Recientemente, la gala de premiación Puños Arrba 2016, tuvo que ser celebrada de manera clandestina para evitar ser clausurados por el régimen.
“Nos hubiera gustado alzar los puños en un lugar que se correspondiera con la magnitud y el impacto que llegó a tener este evento”, expresó Soandry del Río, director del comité organizador, “pero el Gobierno no nos ha dejado alternativa”.
Desde el 2013, la Agencia Cubana de Rap, adepta al castrocomunismo, retiró su apoyo a los cantantes y a este gran evento. En una declaración posterior a ese suceso, que firmó también la productora independiente Matraka, el comité organizador expresó que Puños Arriba ya no sería “un evento independiente”, sino “el único festival nacional totalmente independiente”.
Más de 30 discos se presentaron en competencia para esta sexta edición, “un gran logro” a pesar de que la convocatoria tampoco tuvo circulación pública, “para evitar que el evento fuese intervenido por el Gobierno”, indicaron los productores.
Los más laureados de esta edición fueron Maykel Osokbo & El Funky, con su disco Los más duro, que recibió los premios sw Intro, Featuring y Canción de amor.
Papagoza obtuvo premios en las categorías de Documental, Contenido social y Disco del año por el disco Egbó.
Nuestro, de Sekuo Umoja, consiguió galardones en Audiovisual y Grabación; mientras Antes que te lo prohíban, de Kamankola, recibió galardones en Diseño y Hip hop experimental.
En la categoría Spoken Word, el premio correspondió a África, por su disco Tres puntos suspensivos. En Destreza lírica fue premiado Carlitos P and P, por Blue flow. Mandy, con su Caminos contrarios,alzó premio en la categoría de Artista novel.
Las menciones fueron para Carlitos P and P, en Featuring; Papagoza, en Spoken word y Con100cia, en Contenido social.
Más allá del premio y de la competencia, Puños Arriba surgió, como expresaba el manifiesto de su primera edición, “para potenciar y redimensionar la continuidad de los grupos raperos ya establecidos, incentivar la emergencia de los nuevos talentos, y establecer un punto de partida hacia la reconfiguración de una industria musical que comercializara y legitimara el rigor de los supuestos culturales, sociales, estéticos y artísticos del rap cubano”.
Con información de Diario de Cuba
