Pasión por la vida, pasión por la historia, pasión por su identidad cubana. La novelista y poetisa cubana Wendy Guerra habla de su encuentro con esa Cuba que en letras plasma, que vive, siente y duele. Lejos más no ausente, a donde vaya, Wendy busca sentir a Cuba siempre próxima, cálida. Su constante siempre será el amor por esa Habana que vive.
“Yo necesito encontrarme con el público de Miami, necesito encontrarme en un lugar intimo, no en una feria grande, sino en un lugar donde halla raíces y hacer de este encuentro lo que no puedo hacer en Cuba”
Conversó con la escritora Ena Columbié y la periodista Daymaris Taboada durante la presentación de su libro Domingo de Revolución en el Centro Cultural Español de Miami, realizada por Alberto García y Ramón Fernández-Larrea.
“Cuba es mi piel, lo que como, me pongo, narro, siento,y lloro” acotó la poetisa.
“Domingo de Revolución,” es para la escritora cubana “un homenaje” a todas las mujeres intelectuales que, como ella, han sido marginadas por el régimen castrista. Un homenaje necesario, justo hoy que el régimen admite la necesidad de que las mujeres en Cuba tomen protagonismo, que durante décadas le han secuestrado.
Crónica del deshielo
Además ahonda en el “eufemismo” de cambio, haciendo una crónica de la realidad cubana que cobra vida al ritmo de los cambios históricos y que documenta el deshielo de las relaciones entre Washington y La Habana tras más de medio siglo de ruptura.
El nombre de Wendy Guerra se hizo conocido internacionalmente en el año 2006, cuando de la mano de la editora catalana Ana María Moix fue galardonada con el Premio Bruguera por la novela Todos se van (con Eduardo Mendoza como único jurado). Aunque sus inicios fueron líricos, ahora cultiva su papel como cronista de la actualidad cubana, quién sabe si combatir la resignación de la falta independencia del periodismo cubano.
Viva.cuba