
Busca la libertad. Lo que ella entiende por libertad: un trabajo y un salario del que pueda disponer como quiera. Gricel Zúñiga es cubana, tiene 48 años y está sentada sobre el césped del parque El Arbolito, junto a su carpa, su vivienda.
Ella es parte del Campamento Cuba, conformado por centenas de isleños que migraron a Ecuador, paso utilizado para llegar a Estados Unidos, y que ante el cierre de fronteras en Centroamérica hoy piden al Gobierno mexicano una visa humanitaria para hacer puente aéreo en ese país y alcanzar su añorado destino.
Arley Delgado, líder del campamento, dice que son entre 500 y 600 manifestantes. Sobre el césped en el parque El Arbolito están instaladas unas 120 carpas en las que caben entre dos y tres personas.
Entre los campistas hay bebés, niños y ancianos. También cuatro mujeres embarazadas. Su única fuente de subsistencia son las donaciones que les llegan, principalmente comida, medicinas y artículos de aseo.
Annia Rosas se encarga de la distribución. Ella es licenciada farmacéutica. Dice que hay déficit en la parte médica. Tienen apenas un termómetro para todos. También necesitan el antibiótico azitromicina, spray para pacientes asmáticos, pañales para bebés y complejos vitamínicos para los niños.
Les hace falta plásticos para cubrir las carpas, agrega Gricel. La historia de ella es la de sus compañeros. En Cuba era secretaria ejecutiva y tenía un sueldo de $ 10 mensuales. Decepcionada porque no tenía todo lo necesario, vendió su casa, consiguió una visa ecuatoriana y se vino en agosto del año pasado con todos sus ahorros, $6.300 que ahora ya no tiene.
Aquí conoció la discriminación. Trabajó en un restaurante de pollos asados, aguantando los maltratos de su jefa. “Me insultaba y me decía que, como soy migrante, tengo que soportar; que ella estuvo ni sé cuántos años en España y que tuvo que soportar el maltrato, igual”.
Frente a la hostilidad , renunció, pero ya no pudo conseguir otra plaza. Sin dinero y sin la posibilidad de avanzar hacia el norte, por tierra, se juntó a otros compatriotas y empezó a ir a las concentraciones en los bajos de la Embajada mexicana, a suplicar la visa humanitaria.
Campamento Cuba
En ese lugar, en el norte de Quito, nació el Campamento Cuba, que fue desalojado por la Policía la madrugada del 26 de junio pasado. “Se nos llevaron nuestras cosas.”, se queja Gricel. Los cubanos se fueron al parque La Carolina, a dos cuadras de la Embajada.
Gricel aspira a que el Gobierno les ponga atención. Quieren que las autoridades ecuatorianas dialoguen con las mexicanas para conseguir la visa humanitaria. Porque ella, como sus compañeros, no está dispuesta a retornar a Cuba.
Publicado originalmente en El Universo