Mientras en Ecuador se cocina la deportación de los migrantes cubanos que se encuentren de manera ilegal en la ciudad de Quito, la crisis continúa en Antioquia. Monseñor Hugo Torres, obispo de la diócesis de Apartadó, realizó un llamado al gobierno colombiano para que interceda en la crisis humanitaria que involucra a más de 500 migrantes cubanos, así como otros ilegales procedentes de Haití, África y Asia, que también buscan llegar a Estados Unidos.
“Ellos no quieren seguir por los peligros del camino. También tenemos un grupo de haitianos, que proceden de Brasil, donde estaban trabajando. También hay un grupo grande de extracontinentales, asiáticos y africanos, que están buscando nuevas expectativas en América Latina”, advirtió monseñor Torres, preocupado por la situación humanitaria que se está viviendo en la región, citado por El Tiempo.
Desde hace ya casi dos meses, el numeroso grupo de isleños se ha albergado en un almacen de un comerciante, quien por su acción humanitaria, ha sido amenazado con ser denunciado por “tráfico humano”. La insalubridad reina en el espacio donde se encuentran estos cubanos en condición de hacinamiento, recibiendo alimentos de la comunidad colombiana.
Han denunciado brotes de zika, malaria y otras enfermedades endémicas, a la que están expuestas mujeres embarazas y menores.
Puente aéreo hacia “el sueño”
“Los cubanos no se quieren ir, están pidiendo un avión que los lleve a México. El municipio no es capaz de sostener esta situación”, añadió monseñor Gómez quien además reprochó que la respuesta del Gobierno colombiano sea la deportación, sin evaluar la desesperación de los migrantes.
El monseñor comentó sobre los peligros de la migración y el desespero de quienes toman la difícil decisión. “Las rutas por tierra y por mar están resultando muy peligrosas. Muchos han muerto en el intento. Muchos se han ahogado o los han ahogado. Y son sometidos a todo tipo de abusos por los llamados ‘coyotes’, que los abandonan en el camino”