Débil, sereno y agotado, es así como se puede observar al joven opositor Carlos Amel Oliva, quien ha superado la barrera de los tres días sin comer, producto de una huelga de hambre que ha emprendido contra las arremetidas que él y sus colegas de la UNPACU, han estado sufriendo por el régimen castrista.
“El régimen no respeta el derecho del pueblo”, dijo el joven quien estuvo detenido durante varios días para impedir la realización de un foro juvenil en Santiago de Cuba
Con un tono pacificado, el dirigente comienza a relatar los atropellos a los que ha sido sometido.
Oficiales de la policía, quienes no defienden su juramento de servir y proteger, le han hurtado sus pertenencias en varias ocasiones. “Hace dos días hicieron un registro en la casa de un activista y se le llevaron un dinero que tenía para comprarle los zapatos a su hija”.
El opositor cataloga este tipo de acciones como violaciones a los Derechos Humanos y a la privacidad de las personas, pues los oficiales actúan como vándalos con el consentimiento de sus superiores. La impunidad está latente dentro de las fuerzas policiales castristas.
Radical
Con respecto a la decisión de proceder con la huelga de hambre, Carlos Amel afirmó que es una decisión “radical” debido a que la represión también se ha “radicalizado”.
“En estos últimos tiempos, la represión se ha radicalizado, a mí me deportaron de La Habana a Santiago de Cuba teniendo mi permiso vigente y me robaron dos laptop personas y dinero en efectivo”.
Los de umpacu no respetan, invitan al pueblo de Santiago de Cuba a participar en actos contra el gov, entonces tienen que pagar Por eso, Por faltar el respeto al gov.