Luego de pasar dos años en Ecuador, lejos de la dictadura castrista, autoridades ecuatorianas deportaron a Carlos Guzmán y a su esposa el pasado sábado. Ahora deben enfrentarse a una sociedad que los discrimina y les cierra las posibilidades de sobrevivir.
Ellos son oriundos de Holguín y jamás pensaron volver a la Isla. “Me llevan esposado y cargado, y en ningún momento se me dijo que iba a ser deportado ni nada”, cuenta el hombre.
Su esposa, Ariana Silva, comento las humillaciones que le hicieron pasar al llegar a Cuba, donde fueron interrogados en reiteradas ocasiones por la seguridad del Estado. “Nos preguntaban si habíamos tenido contacto con alguien de afuera”.
Pero los abusos comenzaron desde su partida en Ecuador, la pareja comenta que durante todo el vuelo no se les permitió levantarse, comer o ir al baño, estuvieron esposados en todo momento y bajo amenazas de los custodios.
Para la familia de Guzmán, los días fueron un martirio. Su mama comentó que a pesar de saber que estaba ya en La Habana, los oficiales no le daban información acerca de su paradero.
“No sabía que hacer, estaba desesperada, temía que le pasara algo, que lo fueran a matar o a golpearlo”.
Hoy esta pareja de cubanos está bajo el ojo vigilante del régimen. Conseguir trabajo para ellos es casi imposible y volver a salir de Cuba es un sueño que por ahora no se podrá cumplir.
“Ahora deben hacer una nueva vida, comenzar a reinsertarse en la sociedad y quizás su pensamiento ahora viene mucho más allá de lo que pueden hacer aquí en Cuba”
