Sin boteros en la calle. El impacto de la crisis de abastecimiento de combustible comienza a sentirse. Este martes, según el testimonio del periodista independiente Ivan García, para Martí Noticias, era prácticamente “imposible” moverse en taxi por La Habana.
Una vez que el régimen de Castro decidió fijar un tope de precios para los “boteros” la rentabilidad de un negocio que se ve afectado por el recorte en el suministro de combustible, deja una situación difícil de enfrentar tanto para los taxistas como para los usuarios.
“Cifras conservadoras” indican que más de 10 mil boteros entre los “legales” y los que circulan de manera ilegal se afectan con la normativa del gobierno, dijo el periodista independiente Iván García en el programa Cuba al Día de Radio Martí,
“He conversado con muchos de los boteros que ahora tienen que acogerse a la nueva normativa del precio topado y ninguno está de acuerdo, porque lo ven como una política de confrontación.
Los taxistas privados alegan que no firmaron papel o documento alguno donde se comprometieran a tener un precio fijo, puesto que trabajan bajo la premisa deoferta y demanda, señaló García.
“La capital, con más de dos millones de habitantes, no tiene una estructura de transportación que responda a las necesidades de los viajeros, y en este momento lo que el gobienro está haciendo es tratar de camuflar los reales problemas que tienen e impone medidas que afectan tanto a los conductores como a los viajeros”, señaló García.
El periodista explica que este martes al mediodía era casi imposible moverse en taxi por La Habana, puesto que muy pocos boteros salieron a trabajar, la gente andaba agitada buscando como moverse.
Tampoco había transporte estatal funcionando y “ayer lunes después de las 7 de la noche no había ni un taxi para ir desde la terminal de Playa a otros lugares”, acotó.
A juicio de García, el gobierno no puede ignorar que son muchas las afectaciones y las protestas de la gente podrían ser difíciles de controlar.
“Yo espero que entren en una negociación y se cambien las medidas”, senaló.
Y el pueblo sufrió
Según comenta el reportaje, no son sólo los transportistas de la capital quienes se ven afectados por las circunstancias.
En La Habana Vieja, el asedio de los inspectores a cuentapropistas, las multas de más de 1.000 pesos, las amenazas y el retiro de patentes a decenas de ellos en los últimos tres días es evidente, dijo el reportero Yosmany Mayeta.
“En estos tres últimos días, a 11 personas que exponían sus ventas en un local arrendado en la calle Monte le decomisaron toda la ropa y zapatos importados al país y le impusieron multas de más de 1.000 pesos”, precisó.
Los cuentapropistas en esa zona le contaron al reportero que realizaban sus ventas durante el asedio de los inspectores que “a cambio de cierta tolerancia” les exigían dinero (hasta 100 CUC en una semana) y mercancías” para no retirarle la patente.
Mayeta dijo que de las 11 personas multadas, una accedió a exponerle su caso.
“A ese señor le decomisaron más de 112 pares de zapatos en la tienda donde los vendía, y lo que en encontró en la estación de policía a donde le llevaron sus pertenencias fueron solo 30 pares”, refirió Mayeta.
El hombre perdió más de 140.000 pesos cubanos (una cifra por encima de los 6.600 dólares) en el decomiso de mercancía.
El reportero explicó que los cuentapropistas se niegan a hablar frente a las cámaras para evitar mayores represalias”, concluyó Mayeta.
Con información de Martí Noticias
