Lo que faltaba. Las Direcciones Municipales de Trabajo han distribuido entre los trabajadores privados un documento al que llamaron “Acta de Apercibimiento” que no es más que un eufemismo para advertirles de que su licencia de trabajo por cuenta propia se les quitará si ofrecen algún servicio que no sea estrictamente el autorizado.
Las actas funcionan como advertencia única, pues el próximo paso si percibe alguna violación a este mandato será retirar la licencia de inmediato.
Las advertencias por parte del régimen, que comenzaron a inicios de semana con los chóferes de taxis particulares, se han ampliado a otras actividades por cuenta propia, como las cafeterías y los puestos de venta de bisutería, insumos del hogar, reparaciones de equipos y demás negocios de los cuentapropistas.
Elaine, que vende artículos para cumpleaños, ha visto dramáticamente reducida la cantidad de productos que comercializa.
“Sólo puedo vender lo que haga con mis propias manos”, aclara. “Tengo algunas piñatas y gorritos, pero nada más”. Artículos como las serpentinas, bolsitas personalizadas para regalos y el confeti ha tenido que dejar de venderlos, pues no son de fabricación propia.
“En muchas ocasiones es difícil conseguir la materia prima, porque la cartulina, los papeles de colores, el pegamento, todo eso lo compro en CUC y es caro”, detalla. “Por eso, para tener más ofertas, siempre mandaba a comprar productos fuera del país a personas que salían. Son cosas afines, nada fuera de lo normal y todo pagado con mi dinero. Si no se lo he robado a nadie, no entiendo por qué no me permiten venderlo”.
Celia, quien comercializa desde paños de cocina hasta lejía de cloro, también ha recibido su “acta”.
“Es verdad que mi licencia me permite vender menos cosas de las que tengo en mi mesita”, reconoce. “Pero nunca antes nos habían amenazado con tanta fuerza con quitarnos la licencia”.
Medida fuera de lugar
A todos los afectados la medida les parece desproporcionada, la implementación de inspectores y las multas fueron durante mucho tiempo el tratamiento habitual para evitar las violaciones.
“Es que la mayoría de los inspectores están corruptos”, expresa Enrique, reparador de teléfonos móviles. “La gente les paga y ellos hacen de la vista gorda con lo que pones a vender en tu mesita”.
Enrique no comprende por qué se toman medidas sólo con los cuentapropistas. “Deberían incluir en el castigo a los inspectores, si van a ser justos”, opina.
Muchas personas, comerciantes o no, comentan la distribución del “acta”. En mayoría, piensan que lo que se vive en estos días es una purga del régimen para eliminar tantos cuentapropistas como les sea posible.
Con información de diariodecuba.com
