El pasado amenaza con regresar a Cuba. Esta es una consecuencia clara de pretender vivir en el presente con políticas y planes del pasado, el régimen pretende mantener todo tal como <<siempre ha estado>> desde que inició la mancha de los Castro en la historia de Cuba.
No es de extrañar ver a la isla zambullida nuevamente en una crisis económica parecida pero con mayor profundidad a la vivida en los años 90, conocida bajo el eufemismo de “período especial en tiempo de paz” que esto ocurra, mantiene en vigilia a los cubanos y al mismo régimen.
Los apagones intermitentes se han manifestado cada vez con mayor agresividad y duración, este hecho está sumiendo aun más la vida del pueblo cubano en una oscuridad no deseada con la firma Castro. Aparte de las labores del hogar que han sido muy afectadas, está un tema de cuidado para todos: la seguridad, ahora las calles cual “boca de lobo” aguardan en silencio y soledad.
Más de uno lo tiene claro, se avecina un segundo “período especial”, muy a pesar de que el régimen procure eliminar esa posibilidad y al mismo tiempo llame al pueblo de manera hipócrita a “más sacrificio”.
Hay una gran masa de mosquitos en la isla, que al no trabajar los ventiladores, ataca a los ciudadanos sin distingo, siendo los más afectados los niños. Cuba está pasando por plena etapa de verano, lo cual hace que sea humanamente imposible conciliar el sueño, sin un ventilador y en la más densa oscuridad.
El estado de malestar es visible, palpable y lo expresan las protestas a viva voz en las colas del ómnibus, a consecuencia de la drástica disminución del transporte público en La Habana sobretodo en las horas pico.
Espacios públicos a oscuras. La dramática reducción del alumbrado público en las calles de la isla tiene alarmada a la población, que se queja de las dificultades y los peligros a los que están expuestos cuando están obligados a transitar las calles de noche.
El retiro de parte de las luminarias en calles y avenidas de la isla es parte de los ajustes hechos por el régimen cubano ante la crisis que vive Venezuela, principal aliado y proveedor de las autoridades Castro-comunistas.
Se cerró el grifo de la gasolina. El consumo de combustible se redujo hasta un 28 por ciento hasta diciembre; la energía eléctrica, en una proporción similar; y las importaciones, un 15 por ciento, o $ 2.500 millones, en una economía centralizada en la que 17 centavos de cada dólar producido son destinados a la importación.
Entre vacíos llamados a apretar el cinturón, el descontento que hay en el pueblo cubano, y la crisis migratoria tan fuerte que vive la isla, el régimen sólo opta por alertar a sus brigadas de respuesta rápida (de represión) ante el temor de que la Cuba de hoy haga que se concrete un estallido social y político.
Con información de martinoticias.com.