El cinco veces premio Guinness, el tabaquero más famoso del mundo José Castelar o como más se le conoce: Cueto, sobrepasó su marca mundial de 81.80 metros establecida en 2011 luego de ocho jornadas de labor y su torcida no se detiene.
El día de ayer el bunche (tabaco desprovisto de capa) enrollado para lograr la consistencia y forma del gran puro que tuerce, se acercaba ya a los 100 metros de largo.
Cueto quien está en busca de su sexta marca en el mundo del tabaco tipo Premium (torcido a mano), redujo dos días el tiempo que utilizó en enrollar su anterior marca.
Para la presente ligada o mezcla de hojas de tabacos del tipo ligero (da fortaleza al sabor del tabaco), seco (aporta el aroma) y volado (posibilita la combustibilidad), Cueto usó unos 80 kilogramos de materia prima.
El torcedor se encuentra ahora en la ruta crítica de su megatabaco, enrollar las hojas de capa en la tripa del gran tabaco.
Para lograr el buen acabado de su tabacón ahora Cueto selecciona con especial cuidado las hojas de capa, para lo que considera la textura y brillo.
Seguidamente cortará las hojas con su chaveta recordista, con la que preparará el vestido final del tabaco.
Ya teniendo lista las hojas de la capa, deberá colocarlas perfectamente, de forma que queden lo más sujetas y estiradas posible, para que tenga la capacidad de ser fumado su megapuro, detalló René Valdés Miller, su principal colaborador.
El torcedor tiene previsto trabajar la llamada perilla (porción que cubre la punta cerrada del tabaco) del cigarro la segunda mitad de la semana en curso. Y es en ese momento en que se procederá a medir el largo total de lo que sería su sexto registro mundial del presente siglo.
Este tabaquero fue visitado recientemente en el escenario donde realiza su labor, la antigua fortaleza colonial de San Carlos de la Cabaña, actual parque-museo militar habanero, por Anthony Henderson, representante de la sección política y publicidad de la Embajada Británica en La Habana.
Esta sede diplomática es la única entidad facultada en Cuba para certificar la veracidad de una labor extraordinaria merecedora del Premio Guinness.
Con información de cubanet.org