Un informe emitido por el Departamento de Estado de EEUU este lunes, sostiene que aunque la Constitución cubana asegura la libertad de religión y prohíbe la discriminación basada en el credo, el régimen y el Partido Comunista de Cuba supervisan los grupos de fieles, a través de la Oficina de Asuntos Religiosos, institución encargada de controlar en toda la isla la mayoría de los aspectos de la vida religiosa.
El poder castrista de la isla ha acosado a algunos líderes religiosos y a sus seguidores, al realizar amenazas, detenciones, confiscación de material religioso y restricciones de viaje.
Varios líderes religiosos evangélicos denuncian que el régimen marxista intentó expropiar algunas propiedades religiosas amparado bajo las nuevas leyes de zonificación.
Los grupos religiosos señalaron adicionalmente un aumento sostenido de la capacidad de sus miembros para llevar a cabo algunos proyectos de asistencia o educación, tales como tener actividades antes y después de la escuela y programas de servicio comunitario y el mantenimiento de pequeñas bibliotecas de materiales religiosos, entre ellos un menor número de restricciones a la importación de Biblias.
El Papa Francisco viajó a Cuba y visitó varias ciudades en septiembre del 2015. El castrismo liberó a más de 3 500 supuestos presos políticos al calor de la visita del Papa, incluyendo algunos extranjeros; pero muchos estaban ya programados para ser liberados, puesto que se encontraban al cumplir sus condenas, en tanto el Departamento de Estado no identificó ningún preso político en el grupo. No obstante, lo que sí se sabe es que el régimen detuvo a varios activistas de derechos humanos antes y durante la visita del Papa en busca de impedir su asistencia a misa o interactuar con el Papa.
El gobierno de Estados Unidos apoyó en el informe el fortalecimiento de las instituciones religiosas, alentando el intercambio de visitas por miembros de instituciones religiosas de Estados Unidos con sus pares cubanos. La embajada de EE.UU solicitó una reunión con miembros de la Oficina de Asuntos Religiosos de Cuba y con la dirección del Consejo de Iglesias de Cuba, una organización cuasi gubernamental que incluye la mayoría de los grupos protestantes.
La embajada estadounidense se mantuvo en estrecha comunicación con los grupos religiosos. En declaraciones públicas, el Departamento de Estado solicitó al Castro-comunismo que respete las libertades básicas de sus ciudadanos, que incluyen la libertad de religión.
Con información de martinoticias.com
