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#OPINIÓN | Y después de todo, ¿qué?

Barack y Michelle Obama conversan con el gobernante cubano, Raúl Castro, durante el juego de béisbol en el Latino|EFE
Barack y Michelle Obama conversan con el gobernante cubano, Raúl Castro, durante el juego de béisbol en el Latino|EFE
Barack Obama, presidente de los Estados Unidos en conferencia de prensa con Raúl Castro, dictador cubano / Foto: EFE
Barack Obama, presidente de los Estados Unidos en conferencia de prensa con Raúl Castro, dictador cubano / Foto: EFE

Ya han transcurrido más de cuatro meses de que el presidente Obama viajara a Cuba para dar un discurso, hacer un sketch televisivo con Pánfilo, almorzar en una paladar en la Habana Vieja y traer a la bella Soledad O´Brien para que le sirviera de anunciadora de lo que parecieron promesas electoreras.

Poco antes el Secretario de Estado, John Kerry, inauguró la embajada norteamericana en La Habana.

Además, se anunció la reanudación de los vuelos directos entre Cuba y Estados Unidos, se han firmado varios acuerdos —todos tan anodinos como el Discovery Chanel—, se sacó al gobierno cubano de la lista de regímenes terroristas, y hasta una hotelera yanqui, subsidiaria de Sheraton, administra en La Habana dos hoteles despreciados por Meliá y Barceló.

En los últimos doce meses han visitado Cuba miles de norteamericanos, incluidos cantantes de hip-hop y modelos de la farándula, ha habido desfiles de modas, un concierto de los Rolling Stones y un largo etcétera, en que solo faltaron los X-Men o Spiderman.

Y Bacardí perdió el litigio, aunque aún no se puede vender ni una botella de ron cubano en los EE.UU.

Nada de esto ha traído beneficio alguno a la hambreada y misérrima población cubana. La libreta de racionamiento sigue tan saludable como los miembros del Comité Central. La carne de cerdo sigue aumentando de precio, y si los vegetales cuestan un poco menos es porque el gobierno topó los precios, haciéndolos tan “asequibles” que implican casi el sueldo del mes.

El transporte público está peor cada día. En las tiendas en divisa el abastecimiento es cada vez más precario. Y siguen las limitaciones a los llamados “cuentapropistas”.

El salario promedio diario de los cubanos, que no rebasa los 83 centavos de dólar, está por debajo del de los haitianos.

Y si no sigo es para no aburrir a los lectores.

Recientemente se conocieron los resultados de una encuesta realizada en Cuba el pasado mes de julio a 1 100 individuos. De acuerdo a esta encuesta, el 82,2% de los consultados manifestó que la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos no ha traído cambios en sus vidas ni en la situación del país.

Tan sólo un 2,2% consideró que el rebajamiento de la tensión entre los dos gobiernos ha traído mejores condiciones a Cuba, mientras que un 15,6% consideró que la situación ha empeorado para los cubanos.

La realidad es que la mayoría de los cubanos, aunque Obama, el Nuevo Herald, la Mesa Redonda y el NTV se lo juren por la Constitución norteamericana o por los estatutos del Partido Comunista, no tienen esperanza de que mejore la situación en Cuba, por lo que sigue en aumento el número de los que escapan de la isla. Muchos luchan fieramente para obtener una visa, otros se promocionan en Facebook para obtener una carta de invitación de cualquier país del Primer Mundo, y los demás se lanzan al mar.

El régimen castrista continúa sin respetar los derechos más elementales. En ese particular, Cuba está al nivel de Arabia Saudita o China y solo un punto por encima del paraíso norcoreano. En Cuba se mantiene la censura de prensa, el único partido es el PCC y reprimen con pateaduras, golpizas y cárcel a cualquier ciudadano que proteste.

En la encuesta realizada, los cubanos demuestran conocer los derechos humanos y es por lo mismo que solo ansían escapar.

La mayoría de los encuestados cree que todos los derechos humanos (políticos, económicos y sociales) son violados por el gobierno, pero la mitad de ellos dice que se callaría, aunque alguno de sus derechos fuera violado, por miedo a señalarse como enemigo del régimen.

¿Qué le parecen los resultados de la histórica visita de Obama a Cuba?

No sé a ustedes, pero todo esto me recuerda una canción del difunto Juan Formell titulada: “Y después de todo”

Publicado originalmente en CubaNet

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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