Los partidos políticos y movimientos de izquierda suelen con frecuencia adjudicarse la representación de los diversos actores sociales. Así, su Federación Sindical Mundial (FSM) pretende ser la organización que vele por los intereses de todos los trabajadores del planeta. Igual representatividad le atribuyen a los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes, a los que, en la práctica, asisten preferentemente los jóvenes comprometidos con la ideología comunista.
Para no ser menos, los gobernantes cubanos crearon en 1966 la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) con la pretensión de aglutinar a todo el estudiantado de la región. Era la época de la exportación de la revolución mediante el foco guerrillero, y en consecuencia una de las consignas iniciales de la organización fue la de “cambiar el lápiz por el fusil”.
Sin embargo, un detalle echa por tierra el afán del castrismo por mostrar una organización que interese realmente a todos los estudiantes latinoamericanos: la oficialista Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que agrupa a los universitarios cubanos, ha presidido la OCLAE durante el medio siglo de su existencia.
Resulta contraproducente que una organización como la FEU, que carece de autonomía y constituye una simple correa de transmisión que emplea el gobierno cubano para trasmitir el mensaje ideológico a sus estudiantes, dirija a un movimiento estudiantil que tiene como encomienda el enfrentamiento a las autoridades de los países de la región. Por supuesto, esos países serán los que exhiban un sistema político diferente al cubano.
En todo caso imaginamos que la FEU les diga lo siguiente a los jóvenes de la OCLAE a la hora de esclarecerles la misión: “hagan lo que yo digo y no lo que yo hago”.
En el contexto del cumpleaños 50 de la OCLAE acaba de finalizar en La Habana un Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes Antiimperialistas, el cual, como es lógico imaginar, se dedicó a los 90 años de Fidel Castro. A tono con su orientación político-ideológica, la OCLAE aprovechó la ocasión para condecorar con la Medalla Conmemorativa a un grupo de personalidades consideradas como “progresistas”. He aquí algunos nombres: Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez (post mortem), Lula Da Silva, Dilma Rousseff, Daniel Ortega, Evo Morales, los “Cinco Héroes” cubanos y Frei Betto.
Precisamente, y siguiendo su costumbre de no perder ninguna oportunidad de tomar el micrófono de manos de sus amigos cubanos, el señor Betto tomó parte en un encuentro con los jóvenes asistentes al referido evento habanero.
Al referirse a las tribulaciones de la izquierda chavista en América Latina, el teólogo brasileño expresó que “padecemos el embate de la globocolonización, que significa la imposición del modelo de sociedad capitalista consumista, y que en América Latina implica una crisis de los procesos progresistas”.
Betto aseveró que para revertir la situación había que intensificar el trabajo de “alfabetización política” de las bases populares.
Se equivoca Betto una vez más. Porque ni con 50 años más de trabajo ideológico, el castrismo va a conseguir que los muchachones de la OCLAE logren convencer a los latinoamericanos de que desistan de luchar por los verdaderos valores democráticos.
Publicado originalmente en cubanet
