Tras alzarse con la medalla de bronce en lanzamiento de disco, la representante de la selección cubana en las Olimpíadas de Río 2016, Denia Caballero, alzó con orgullo la bandera de Cuba, en una demostración de que el éxito de uno, es el éxito de todos.
“La competencia estuvo bien. Pero yo no quería el bronce, quería el oro”, admitió Caballero, tras alzarse con la medalla.
“Hacía mucho calor y no me dio tiempo a recuperarme bien del esfuerzo de ayer (de la ronda clasificatoria). Me sentí forzada y yo dependo mucho de la velocidad”, explicó.
No al conformismo
En lo que pareciera ser una lección para los cubanos, contra el conformismo y la comodidad, Caballero celebró haberse alzado con la medalla, pero irá por más.
“Es mi primera medalla olímpica, pero no la última. Estoy feliz, pero satisfecha no”, aseguró.
A los aficionados cubanos, envió también su mensaje:
“No voy a echar la culpa a nadie. Que sigan esperando muchas cosas buenas de mí”
¡Estamos seguros que así será!