Los cubanos que se encuentran varados en la población de La Miel, frontera entre Colombia y Panamá, protestaron por los cuerpos hallados en la llamada Loma de la Muerte, mientras buscaban sus sueños de libertad atravesando la selva del Darién.
“No más muertos, no más selva”, gritaban los migrantes quienes rechazaban que autoridades panameñas y colombianas, los estuvieran empujando a los peligros de la jungla al no permitirles el paso legal por sus fronteras.
Así mismo, los cubanos enviaron una carta al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, pidiéndole que cumpla su palabra y que les facilite un corredor humanitario.
Sin embargo, aquellos que logren burlar la jungla, aún les quedan muchos retos por delante. Recientemente en el poblado de Peñas Blancas, Costa Rica, cientos de migrantes cubanos y haitianos, tuvieron que correr para evitar ser deportados.
“No nos dejaron pasar, dijeron que necesitábamos un permiso que no están dando ahorita”, dijo una de las cubanas devueltas.
Hace varias semanas, Nicaragua informó que evaluaría la posibilidad de abrir sus fronteras para garantizar un tránsito “ordenado y seguro”, sin embargo esa acción aún no se concreta, generando una crisis migratoria en toda américa central.
