![Maestros emergentes dan clases en Cuba ante el déficit de educadores |martinoticias](https://cubanosporelmundo.com/wp-content/uploads/2016/08/75806466-50C9-4F75-BF78-3C0BE7F8FFE6_cx0_cy3_cw0_w250_r1_s_r1.jpg)
La educación se constituye en uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de un país y dentro de las múltiples variables que se destacan para lograrla con calidad, sin duda, se encuentra el rol del docente.
Un profesional que si bien debe sentir pasión por lo que hace y un alto nivel de vocación, también es merecedor del reconocimiento a su labor, expresado, entre otros aspectos, en la dignificación de su calidad de vida. Al parecer, este no es el criterio que las cifras sobre el éxodo docente cubano dejan ver.
Dentro de las principales situaciones que inciden en este fenómeno se destacan una alta politización de la educación; la baja remuneración por un trabajo que requiere de abnegación y el poco reconocimiento social al maestro cubano.
Tal como se evidencia en las cifras reportadas por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) 14 mil docentes cubanos han abandonado las aulas en los últimos cinco años para dedicarse a otras labores. Así se valora al docente en esta parte del mundo.
El intelectual cubano Dagoberto Valdés residente en Pinar del Río asegura que los salarios que perciben no son suficientes y se van a trabajar al turismo porque “obtienen mejor remuneración”.
Roberto Arsenio López, pedagogo matancero, explicó que el docente, padre de familia, cuando sale del trabajo a las cinco de la tarde tiene que dedicarse a buscar el sustento de la familia porque con lo que les paga el gobierno no es suficiente.
Una situación que para cualquier mortal no deja de ser una angustia permanente. Un docente que realiza distintas labores en el transcurso de las 24 horas de todos los días de la semana, convoca a la reflexión. Valdría la pena preguntarse:
- ¿Cuál es el tiempo que un docente puede dedicar para actualizar sus competencias pedagógicas?
- ¿En qué momento reflexiona sobre su práctica pedagógica?
- ¿Cuáles son las condiciones que le garantiza el gobierno cubano para mejorar la educación en todos sus niveles?
- ¿Por qué esta profesión no es reconocida en su justa dimensión?
Las respuestas quedan al pendiente para una discusión que resulta inaplazable si el propósito es construir y formar integralmente a una sociedad cubana sostenible.
Ante el retiro de profesores con la experiencia y preparación técnica requerida para el desempeño docente el gobierno se ha visto obligado a buscar “maestros emergentes” que sin experiencia, ni la preparación requerida deben asumir el compromiso pedagógico de formar a las generaciones del presente y “eso lo que ha provocado es el que nivel de la enseñanza haya bajado mucho”, precisó el ex profesor de Física Emiliano González.
Un problema de larga data
El fenómeno de la deserción docente cubana de las aulas no es nuevo. Es una situación cada vez más preocupante por cuanto, como ya lo ha referido el Diario de Cuba “Padres, alumnos y autoridades se quejan del déficit de maestros en las aulas, pero no existe una discusión pública de las razones. Las relaciones entre personas que, aun cuando les guste su profesión, se sienten y se muestran frustradas por los bajos salarios, las condiciones paupérrimas de trabajo y las exigencias de directivos desconectados de la realidad, son razones que esgrimen algunos ex educadores”.
Sobre estas circunstancias, el profesor Fabián comenta “Y me hice maestro, pero ahora trabajo en el puerto de La Habana. Al final de día la dignidad y los diplomas que me gané no me daban de comer ni a mí ni a mi familia y tuve que escoger, tristemente” y prosigue “Todavía me encuentro por ahí con algunos exalumnos y me duele el pecho”, añade.
Así como al profe Fabián ¿A cuántos responsables de esta problemática les dolerá el pecho?
Con información de Martinoticias y Diario de Cuba