Ser rico es malo. Siempre y cuando no se trate de un “revolucionario” ejerciendo el poder. Así lo demuestra el Vicepresidente de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, viajando en jet privado, junto a la gobernadora del Estado Monagas, Yelitze Santaella, y algunos espalderos y cargamaletas, el pasado 15 de agosto a una reunión privada del PSUV que se efectuó en Ciudad Bolívar.
Se trata de un BeechJet 400A identificado con matrícula venezolana YV 3173 y número serial RK-141 en el que llegó los funcionario públicos, aunque ninguno andaba en funciones oficiales pero sí partidistas.
La pregunta del millón: ¿Quién pagó ese viaje?
¿De quién es ese avión?
Según reseña La Patilla “una rápida pesquisa en internet nos indica que ese avión, en el año 2013 se encontraba matriculado con las siglas estadounidenses N824DM a nombre de una firma privada, y así fue retratado en el aeropuerto internacional de Pittsburgh el 1 de agosto de 2013″
Tres años después, y en los peores años de crisis que ha tenido Venezuela en su historia aparece rotulado con el tricolor nacional, matriculado en el país y al servicio particular de funcionarios del gobierno.
Yelitze Santaella es la gobernadora en funciones de un estado y Aristóbulo Istúriz es el vicepresidente ejecutivo del país. Dos altísimos funcionarios con mandatos legales para el ejercicio de sus cargos y con un mandato moral de pulcritud y transparencia.
¿Quién lo compró? ¿un amigo de la “revolución”? ¿el gobierno de los pobres? ¿quién pagó por el traslado a Ciudad Bolívar y de vuelta a los orígenes de los viajeros?
¡Saque usted sus propias conclusiones!
Con información de La Patilla