La cultura latinoamericana está llena de contradicciones. Familias enteras con viviendas en las ruinas, hacen malabares por continuar tradiciones, que en ocasiones, van en detrimento de la economía familiar.
Ejemplo de ello, son las fiestas de “quinceañeras”, lo que con el transcurrir de los tiempos ha representado la presentación en sociedad”
Un vestido de princesa, bailar el vals con el padre, cuerpo de baile que respalde elaboradas coreografías, comida, bebida y un gran pastel.
El precio de la felicidad
El efímero momento representa en ocasiones el ahorro de años para estas familias. Horas extras, incontables trasnochos, deudas acumuladas que financien la noche especial.
La fotógrafa Delphine Blast viajó a Colombia para saber más sobre esta fiesta y retratar algunas de estas historias.
Laura Cristina
El padre de Laura es un vendedor de frutas y su madre está desempleada. Laura ama jugar fútbol y ha sido parte del equipo juvenil de Colombia desde 2015. Ella también quiere convertirse en una criminóloga. Sus padres ahorraron dinero durante seis meses para su quinceañera, en la que asistieron 200 personas.
Melany Forero
La cosa más importante para Melany era celebrar su cumpleaños con la familia; invitó a 90 invitados para su quinceañera. Melany honrará la simbólica “ceremonia de cambio de zapatos” durante su fiesta (para simbolizar su paso a la edad adulta, la cumpleañera cambia de calzado, de zapatos planos a unos con tacón, al inicio de la fiesta). El padre usualmente se encarga de esto, mientras la niña se sienta en un trono. Cuando Melany crezca, quiere convertirse en una aeromoza.
Con información de Buzzfeed