“Si no nos permiten seguir, por lo menos que nos dejen establecernos aquí y poder trabajar en este país”.
Esta es la petición de Andrea, una cubana que salió de Cuba a Ecuador con la meta fija de llegar a Estados Unidos, y que hoy ve truncado sus planes, estancada en Panamá, mientras lleva un bebé en su vientre.
Andrea es una de los más de 100 cubanos que ha conseguido albergue en las oficinas de Caritas, junto a su esposo. Mientras el embarazo continúa, la preocupación aumenta. Recorrió a coyotes en su trayecto, con tal de no perder a su bebé en las empinadas lomas.
“Ya el otro mes doy a luz. Hice este viaje todo por perseguir un sueño y que mi hijo pueda tener lo que yo no pude. Aquí estoy junto con mi esposo atravesando fronteras. Nos hemos quedado sin comida y dinero”.
Sin dinero y a poco menos de un mes para que nazca su hijo, cuenta que en diciembre salió de Cuba y luego se enteró de su embarazo.
Cambio de planes
Atravesar la selva dio un giro en los planes. De no ser posible continuar rumbo a Estados Unidos, la migrante cubana pide al gobierno de Juan Carlos Valera, una oportunidad para obtener un permiso de trabajo y progresar en Panamá.
“El sueño americano, no es más que el sueño donde uno pueda estar bien. Aquí nos sentimos así”.
“Panamá es un país que lo tiene todo, nos gustaría trabajar y empezar de nuevo y poder ayudar a mi familia”.
Su esposo está dispuesto a trabajar y mantener a su familia. Si su niño nace en Panamá, ellos saben que será panameño, y podrán tener algunos beneficios.
“Todo el mundo quiere el sueño americano, pero allá arriba no todos triunfan”, dice el hombre
Con información de La estrella de Panamá
