En Lima se reúnen por estos días representantes de la fauna izquierdista de la región. Han escogido este país quizás por ser ejemplo de los logros del liberalismo aplicado consistentemente. El pueblo peruano dejó de creer en las ideas socialistas desde el fracaso del general golpista Juan Velazco Alvarado y la saga terrorista de Sendero Luminoso.
El anterior gobernante de este país, Ollanta Humala, con todo y autodefinirse como de izquierdas, no llegó nunca a ser rojo, prefirió quedarse más bien rosado y dejar las cosas como estaban, antes de echar a perder un país que pasó, de ser uno de los más pobres del continente, a encabezar todos los indicadores de desarrollo de la región. Logros estos alcanzados a partir de las medidas liberales tomadas bajo el controvertido y pacificador gobierno de Alberto Fujimori.
En las pasadas elecciones generales, el pueblo peruano tuvo dos tendencias políticas fundamentales: el fujimorismo populista representado por los hijos del expresidente encarcelado, y el liberalismo radical propugnado por Pedro Pablo Kuczynski. La izquierda chavista encabezada por Verónica Mendoza fue derrotada en las urnas, y en una maniobra motivada más por odios y rencores que por ideales políticos, decidió otorgar sus votos al liberal Kuczynski.
Con un ejecutivo liberal y un congreso mayoritariamente fujimorista, la extrema izquierda peruana está arrinconada. ¿Quiénes vienen en su rescate? Pues nada menos que los zombis comunistas recalcitrantes y negados a permanecer en sus tumbas como les corresponde. La lista publicada en el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano (PCC), da grima, personajes bastante conocidos en el ámbito familiar sobre todo a la hora de la cena y anodinos en la política interna del Perú; un anciano cubano fracasado en su propio país, que pretende sentar cátedra en una nación que ha demostrado que se puede salir de la pobreza con una política de libertades ciudadanas y no con un Estado paternalista autoritario; un desprestigiado exministro de Economía venezolano que puso todo su esfuerzo para convertir Venezuela en el ejemplo vivo de lo que no se debe hacer; y otros nostálgicos por el estilo, provenientes del desastre brasileño y la convulsa Bolivia. Del resto, ni se habla, son un puñado de marionetas insignificantes que se quedaron sin ideas.
Detrás de la organización de esta reunión está por supuesto la mano larga del Gobierno de Cuba. Mucha envidia, amén de razones políticas, mueve las acciones del régimen de La Habana, y por eso escogieron Perú para lanzar esta última ofensiva o pujo ideológico, mientras ocultan a los cubanos el desarrollo alcanzado por ese país.
A pesar de los estertores y andares tambaleantes, los fantasmas del socialismo ya no impresionan ni en Halloween. Esta reunión de cadáveres insepultos en Lima puede verse como una provocación a un Gobierno soberano elegido democráticamente por el pueblo peruano, un intento de desestabilización a que nos tienen acostumbrados los comunistas, aunque algo fuera de época, o un simple acto de despecho para atraer las miradas en un alarde de abuso e irrespeto al sistema democrático. Como quiera que sea, la reunión es un verdadero circo macabro.
Los despojos de lo que alguna vez fuera una ideología que buscaba su lugar en la historia se pasean de tribuna en tribuna, pretendiendo librar una batalla de ideas que ya perdieron definitivamente. Prefieren sustituirla por un fusilamiento de ideas desde el poder, sin dar posibilidades al debate, pero los tiempos han cambiado, los pueblos latinoamericanos se dieron cuenta que a la larga, vivir en libertad trae más beneficios que ser esclavos de un sistema que promete el paraíso en la tierra y al final se ven sin el paraíso y sin la libertad.
Esperemos la declaración final en este execrable intento de reagrupar lo que queda de comunistas en América Latina, puros ripios. No se harán esperar las condenas al capitalismo que no cesa de crecer y las loas a un sistema desaparecido por causas naturales y que para colmo toma como ejemplos a seguir a Cuba y Venezuela, ambos países hambreados, improductivos y carcomidos por la corrupción, con el menor índice de desarrollo del continente, todo gracias al socialismo del siglo XX y XXI propugnado por el fenecido Hugo Chávez y su amigo de la Isla.
Publicado en Diario de Cuba