Un sueño sin cumplir, una muerte que llorar y sin ganas de seguir, así se encuentra el joven Addel de la Cruz Uranga, cubano que acompañaba a Carmen Issel Navarro Olazabal quien murió durante la peligrosa travesía del Darién tras sufrir una fuerte caida que le ocasinó lesiones severas aunado a su dificultad para respirar.
De la Curz, expresó que ambos salieron desde Ecuador para lograr el sueño americano, estuvieron 10 días en Turbo, Colombia y luego partieron hasta la selva del Darién, en ese momento eran 15 personas, entre embarazadas y niños.
Al llegar a la selva, a Carmen Navarro se le formaron unas ampollas en los pies que le impedían caminar al ritmo del grupo, y poco a poco ambos se fueron quedando rezagados.
“Estuvimos 13 días en las selva, dos de ellos perdidos por completo, fue gracias a Dios y a los haitianos fue que pudimos comer y llegamos a una aldea india, al día siguiente ella falleció”.
Según relata este migrante, la mujer falleció a causa de un edema pulmonar y una insuficiencia renal. Fue enterrada en la aldea india el pasado 20 de agosto alrededor de las 6 de la mañana.
“Ella sufrió mucho la caminata de la selva por las ampollas, tenía los pies en carne viva, pero ya el último día que íbamos a salir de la selva, se cayó y al parecer eso le afectó los riñones porque comenzó a tomar agua y se infló, retuvo mucho líquido”
La muerte de Carmen Isselis, quedó impregnada en la mente de Addel de la Cruz como un símbolo de fortaleza para alcanzar el sueño que ambos se propusieron con entusiasmo al salir de Ecuador, y que empujados por Colombia, no les quedó más remedio que tomar la tan temida selva.
“Nosotros fuimos abandonados por los propios cubanos”
Lo más duro
“los momentos más duro en la selva eran las noches, estábamos perdidos y no sabíamos que hacer”
Estando en Colombia, el joven le planteó a Carmen Isselis regresarse a Ecuador y no tomar la peligrosa selva del Darién, pero sus deseos de libertad eran más fuertes incluso que su miedo.
“Yo le dije a ella estando en Colombia que nos regresáramos a Ecuador, pero ella me dijo que estaba decidida, yo le dije que no lo hiciera porque le costaría la vida”
Su muerte
El horizonte les ofrecía una esperanza, Panamá estaba cerca, pero el cuerpo de Carmen Iselis no aguantaba más. Acostada, ya convaleciendo, pidió a su compañero de viaje un poco de azúcar y su medicamento para el asma, lo miró y luego agacho la mirada, el descanso había llegado.
“Ya estábamos prácticamente en Panamá y habíamos caminado tanto para alcanzar el sueño y murió tan cerca del sueño”
Sin embargo, Addel de la Cruz expresó que continuará si viaje hasta realizar el sueño que juntos iniciaron en Ecuador, para alcanzar la libertad y la prosperidad en los Estados Unidos, algo que en Cuba nunca lograrán.