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El fidelismo arremete contra periodistas no complacientes

El fidelismo arremete contra periodistas no complacientes
El fidelismo arremete contra periodistas no complacientes
La libertad de prensa en Cuba murió a punta de pistola
La libertad de prensa en Cuba murió a punta de pistola / Foto: Referencia

El periodista José Ramírez Pantoja fue expulsado de Radio Holguín por repetir las palabras de la vice directora de Granma, Karina Marrón, alertando sobre la situación explosiva que se está creando en Cuba y que pudiera conducir a otro Maleconazo, como el de agosto de 1994.

Posteriormente, la vicepresidenta de la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba (UPEC), Aixa Hevia, publicó un artículo en varios órganos oficiales acusando a Ramírez Pantoja de estar organizando su “traslado” a los órganos de prensa de la oposición, el cual fue refutado públicamente por el acusado como difamador e irrespetuoso.

En estos mismos días, el periodista de origen uruguayo Fernando Ravsberg está siendo víctima de una campaña oficialista para que lo expulsen de la Isla.

En tal sentido, la misma vicepresidenta de la UPEC expresó: “Parece que la manera de proceder de este “profesional” uruguayo comienza a incomodar a las personas decentes (…) cuando aparecen llamados en los espacios digitales a que saquen del país a alguien que constantemente se mimetiza como un camaleón”.

Lamentablemente, desde hace ya algunos años, lo que parece incomodar al periodismo oficialista, acrítico y defensor de lo indefendible, al que pertenece Aixa, es el periodismo objetivo que con tantas trabas se hace, criticando aspectos del modelo estatal-socialista, en verdad una forma de capitalismo monopolista de estado, por concentrar la propiedad y mantener el trabajo asalariado y arriba mal pagado, que ha generado un peligroso estancamiento y que avanza en picada al fondo del abismo, precisamente por desoír las opiniones de la izquierda democrática y socialista surgida de su propio seno.

También, recientemente un grupo de jóvenes comunistas periodistas de Santa Clara hizo pública su protesta por las críticas oficialistas a su participación en órganos de prensa no oficiales.

Todos esos elementos son muestras evidentes de que un periodismo diferente, incómodo se mueve en el seno del oficialismo.

Estos ataques arteros y alevosos parecen responder a una campaña desde las posiciones del fidelismo, para eventualmente y si tienen éxito, orquestar una cacería de brujas contra el personal de la prensa del mismo oficialismo que son capaces de presentar posiciones más objetivas y no complacientes.

Por eso mismo hay que denunciar el trasfondo que se aprecia en estos hechos.

Todos los reporteros cubanos, de la prensa oficial, la oficiosa, de los blogs y del pensamiento diferente y la oposición, no importa donde estén, las diferencias que se tengan y a qué línea política respondan, deben mostrar su solidaridad con esos colegas, apoyarlos y divulgar sus posiciones ante esta situación.

El periodismo oficial cubano, se sabe, anda de mal en peor por esa subordinación al Gobierno-Partido-Estado, en especial de la dirección de la UPEC, que no responde a su membresía, sino a quienes los promovieron para esas posiciones.

Cuba está viviendo un momento muy complejo de su historia. Hoy es más necesario que nunca que la prensa vuele libre y juegue su papel como informadora y, a la vez, formadora de opiniones, pero no de una sola vía, de un solo canal, sino que sirva para que se expresen todas las visiones cubanas sobre nuestra realidad.

Es evidente, que contrariamente a esa necesidad, hoy se imponen el maniqueísmo, la exclusión y el sectarismo del fidelismo en decadencia, que pretende por todas las vías posibles frenar lo inevitable: el derrumbe del modelo estatalista, autoritario, voluntarista y antidesarrollista.

Fuente: Havana Times

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