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Petróleo en Cuba: ¿Podría ser La Habana, la Dubái del Caribe?

Sobre cientos de viviendas y edificios construidos al estilo soviético, podría reposar un potencial reservorio de petróleo.

Desde hace cuatro no supera la barrera de los 70 dólares el barril. Foto referencial
Desde hace cuatro no supera la barrera de los 70 dólares el barril. Foto referencial
Image from page 513 of "The Cuba review" (1907-1931)
“The Cuba review” (1907-1931) / Flickr

Hermetismo del gobierno de Castro, pero los comentarios circulan de boca en boca. Motembo, un minúsculo pueblo perdido en la región central de Cuba, sería el centro del hallazgo, que podría cambiar el clima de austeridad en la Isla.

Sobre cientos de viviendas y edificios construidos al estilo soviético, podría reposar un potencial reservorio de petróleo.

A un ojo desconocido, nada le induce a pensar que bajo esos terrenos cubiertos de malezas se esconde la carta que podría ser la tabla de salvación de una Cuba con serios problemas de abastecimiento energético.

En tiempos, donde la dependencia al petróleo sólo se incrementa, podría ser esta la forma “más fácil” de hacerse rico. No en vano, el petróleo ha sido denominado como el “oro negro”.

Esto ha sucedido en Motembo, según afirma la compañía MEO Australia, la mayor de su ramo en la isla y concesionaria del llamado Bloque de Prospección número 9, una zona de casi 3.000 kilómetros cuadrados que se extiende por varios municipios de las provincias centrales de Matanzas y Villa Clara.

Próximos se encuentran los yacimientos Cárdenas y Varadero, los más productivos de Cuba, y que justo en el centro de la cuadrícula se halla Motembo, unos de los primeros campos de explotación petrolífera del continente americano.

“Sus extracciones comerciales empezaron entre 1880 y 1881, gracias al impulso del francés Elías Maigrot”, reseña un folleto de la empresa cubana de petróleo (Cupet).

Aquellos pozos artesanales daban como resultado una nafta de muy buena calidad que en 1900 conseguiría la medalla de oro en la Exposición Universal de París.

Pero sus virtudes iban antecedidas por varias dificultades técnicas -insolubles para la época- y las dudas acerca del volumen total de las reservas.

Motembo no había ido más allá de pequeños pozos instalados en las inmediaciones del pueblo y sucesivos estudios conducidos por investigadores norteamericanos, soviéticos y canadienses.

Todos llegaban a más o menos las mismas conclusiones: buenas posibilidades de contar con un gran yacimiento pero ninguna seguridad de que así sucediera. MEO Australia asegura haber llegado más allá.

La cautela marca las declaraciones de Peter Strickland, el director ejecutivo de MEO Australia, aunque su posición es optimista: “Si bien se han identificado algunas posibilidades emocionantes en el Bloque 9, todavía no hemos realizado ningún descubrimiento definitivo. Se espera que esto ocurra en un lapso de uno a dos años”, aclaró en una entrevista exclusiva para el portal de información ‘Progreso Semanal’.

Silencio sospechoso

De cara al interior de Cuba la prensa oficial y el Gobierno han evitado darle mayores repercusiones al hallazgo, muchos de sus ciudadanos saben de él y han comenzado a echar cuentas.

Basta con un simple ejercicio de cálculo para comprobar hasta qué punto podrían cambiar las cosas en la isla caribeña de confirmarse que un punto de su geografía alberga 8.200 millones de barriles “de excelente calidad”.

Mucho más cuando en la balanza de importaciones de La Habana las partidas destinadas a los alimentos y el combustible se llevan casi tres cuartas partes de los fondos.

Aun cumpliéndose solo una parte de las expectativas, los efectos resultarían tremendos, considera el economista Juan Triana Cordoví. “Estaríamos asistiendo a una etapa de bonanza poco comparable con nada anterior”, detalla.

 En la lista de beneficios se incluirían aspectos como la creación de miles de empleos y de infraestructuras, además de la modificación de la balanza comercial, que abriría las puertas a la inversión de estos nuevos fondos en otros campos de la actividad económica y social.

Sería un “maná” que -con precios de una coyuntura más favorable que la actual- rebasaría fácilmente el medio billón de dólares, por no pecar de excesivo optimismo.

Pero el país se enfrenta a un proceso que apenas comienza, y no dará sus primeros frutos, al menos, hasta 2018. “Faltan muchos pasos que pueden considerarse tediosos pero resultan imprescindibles.

Es necesario identificar el potencial de los yacimientos antes de comenzar perforaciones para la monetización de las posibles reservas”, explica Jorge R. Piñón, experto de origen cubano en la Universidad de Texas.

Su criterio parece ser compartido por los directivos de Cupet, que en el último mes han evitado comparecer ante auditorios desde donde pudieran llegar preguntas que les obligaran a abrir el juego.

La misma estrategia ha acompañado la mayoría de los grandes acontecimientos económicos de los últimos años en la Isla, que casi siempre se han producido sin que las autoridades emitan declaraciones oficiales.

Con información de: El Confidencial 

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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