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Manolín: “El dinero que gané lo compartí con todos

Fidel no quiere al pueblo ni quiere a nadie, el no quiere que el cubano sea millonario, tampoco quiere que sean solidarios, el solo quiere que coman de su mano y le digan, gracias mi comandante.

Manolín, El médico de la Salsa, en una foto promocional.
Manolín, El médico de la Salsa, en una foto promocional.
Manolín, El médico de la Salsa, en una foto promocional.
Manolín, El médico de la Salsa, en una foto promocional.

En Cuba, cuando mi boom musical, el dinero que gane lo compartí con todos. Yo ganaba dinero de las ventas de discos, del derecho de autor, de giras por el extranjero, de los turistas que pagaban mis conciertos y de los cubanos que tenían posibilidades e iban a mis conciertos, pero del pueblo humilde no, a ese yo lo ayude siempre.

Estábamos en pleno periodo especial y las necesidades eran muchas, y no solo le di música y diversión a la gente, también y además, ayude a todo el que pude, no le di la espalda a nadie.

Compre casas y carros a familia y a gente necesitada, le daba dinero a personas que tenían enfermedades que precisaban comprar medicinas en área dólar, le compre comida a mucha gente, le regale efectos electrónicos a algunas personas que lo necesitaban por su trabajo, inclusive algunos hoy son estrellas en USA, ayude a todo el que pude.

Y por ejemplo: Mi grupo, a pesar de ser el más joven de todas las agrupaciones de Cuba, fue el primero en tener carros extranjeros, la orquesta completa, todos los músicos.

En ninguna otra orquesta en Cuba los músicos tenían carros, solo tenían los directores, y todas esas orquestas existían mucho antes que la mía.

Yo acabe con esa injusticia y le di el dinero a todos mis músicos para que se compraran un carro, tenían 17 y 18 años y ya tenían sus carros.

Tampoco, ninguna mujer de ningún director de orquesta tenía carro, yo fui el primero en comprárselo a la mía y rompí con ese machismo.

Hice una gira por toda Cuba, y todo lo que se recaudó, que fueron miles y miles de pesos, lo done al desarrollo cultural de cada provincia.

Llenamos todos los Estadios y todas las plazas, trabajamos por provincia hasta para 200 mil personas, y no me metí ni un solo kilo en los bolsillos, lo done todo para el mismo pueblo de cada provincia.
También done 5 mil dólares para los libros de José Martí, pues yo siempre he sido Martiano.

También compre ventiladores para un hospital de maternidad.

Iba a comprar aires acondicionados para el Hospital de niños con Cáncer del Vedado, cuando en esos días, una mañana, después de yo haber donado los 5 mil dólares para los libros Martianos, salió el envidioso de Biran hablando de mi por la TV, durante una sesión de la Asamblea del Poder Popular.

Mi mama estaba viendo la TV, me llamó por teléfono a mi casa y casi llorando, me dijo:
Mijo, estoy muy nerviosa, pon la TV rápido.
Puse la TV y ahí estaba el envidioso de Biran, el dueño de la finca, despachándose a sus anchas.
Palabras textuales de Fidel por la TV Cubana:
“Hay un criollito por ahí, que parece que está ganando mucho dinero y anda repartiendo dinero por todos lados, parece que para convertirse en un santo, y aquí no queremos santos”.
Ya se podrán imaginar ustedes, a partir de esa mañana, mi vida empezó a cambiar.
Me prohibieron de toda la radio y la TV, pero yo seguía con la misma pegada.
Y parece que se desesperaron, y aprovecharon que un día delante de miles de personas, yo cante la canción:
“Voy a hacer un puente
Un puente de mangas largas
PA que la gente de Miami venga
Y la gente de la Habana vaya.”

Al otro día publicaron un escrito extenso en la primera página de periódico Granma, crucificándome para siempre. Me acusaron de cantarle a un camino rosado entre La Habana y Miami.
Me quitaron mi derecho al trabajo, me dijeron que yo no podía cantar más y hasta el sol de hoy.

Yo di la guerra, pero con esos cobardes no se puede, no te dan la cara, ellos abusan escondidos detrás del poder.

Y me di cuenta que Fidel era un farsante, un dictador de mierda, un psicópata, que no soportaba a nadie, que en su locura, el pensara que le estaba robando el protagonismo. Ni artista, ni nadie.
Yo nunca fui un disidente ni nada de eso. Lo mío es bondad y amor por mi gente, pero el ladrón piensa que todos son de su condición.

Todo lo que hice, lo hice de corazón, a cambio de nada. Nunca me imaginé, ni me pasó por la cabeza, que ayudar a los demás fuera delito.

Más fácil se coge a un mentiroso que a un cojo, Fidel no quiere al pueblo ni quiere a nadie, el no quiere que el cubano sea millonario, tampoco quiere que sean solidarios, el solo quiere que coman de su mano y le digan, gracias mi comandante.

Fidel como esclavista que es, lo único que quiere en Cuba es esclavos, para que lo obedezcan en todo, si no, ya sabes lo que te espera.
Manolín.

Nota: Yo soy posiblemente, uno de los hombres más difamados de la tierra, mi éxito, mi sinceridad y mi bondad, me trajeron enemigos poderosos, que se empeñan en negar mi vida, por eso tengo la obligación de decir estas verdades, que son tan verídicas como la tierra misma. Se lo prometí a mi madre, no me voy a dejar matar nunca.

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