El valor deportivo de algunos atletas, simple y llanamente, a veces resulta imposible de divisar. Son tantos los resultados, las gestas que ellos fabrican a golpe de sacrificio y calidad inherente, que ni una retahíla de adjetivos justos compensa su grandeza. Tal es el caso de la santiaguera Yunidis Castillo, quien tuvo en sus piernas el privilegio de colocar a Cuba este jueves en el medallero de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, al cosechar una presea de plata.
Yunidis volvió por sus fueros al salto de longitud. Hace 12 años que debutó en citas estivales en esta modalidad, con 17 abriles, y la suerte no saltó con ella, al irse sin medallas. Ahora la historia no se repitió. Más curtida y reina de otras pruebas en la arena internacional, con brinco de 5.59 metros consiguió el subtítulo en la ciudad brasileña, superada solamente por la neozelandesa Anna Grimaldi, artífice de 5.62 metros.
Como curiosidad, vale decir que el podio de esta modalidad estuvo ocupado por las tres medallistas del Campeonato Mundial de Doha 2015, toda vez que la titular australiana Carlee Beattie se tuvo que conformar con el tercer puesto en esta ocasión, al registrar 5.57 metros. Castillo sumó a su botín su sexta presea olímpica, la primera de plata, acompañada por cinco metales áureos.
Indómita y estelar igual que Yunidis es Omara Durand, quien tributó una alegría mayúscula en los cien metros planos, al dominar la clasificación con récord olímpico de 11.58 segundos. Hoy sale como amplia favorita para imponerse en la semifinal, y minutos después debe estar luchando por el título bajo los cinco aros.
La otra representante de la Isla que tuvo acción fue la pesista granmense Leidy Rodríguez, quien culminó en la sexta plaza de la división de 41 kg.
