Henry Fernando Galarraga Sierra, a sus 39 años, yace en una nevera de la morgue de de Bello Monte en Caracas, Venezuela. Fue asesinado de manera violenta por riñas personales. Hoy se suma a la gruesa lista de más de 27 mil asesinatos anuales en ese país.
Marlene Sierra, su madre no ha podido retirar el cuerpo, porque ingresó a Venezuela de manera ilegal y nunca se nacionalizó ni buscó la residencia. La anciana mujer, lamenta todo el periplo al que está siendo sometida sólo para darle la cristiana sepultura a su hijo.
“Esto es horrible, la situación está cada día peor. Soy cubana y llegué a este país en el año 1980. Ya me han matado a dos hijos y me quiero regresar a mi país, necesito tranquilidad”, dijo llorando.
“Lo que pido es que me den el cuerpo de mi hijo para enterrarlo definitivamente, este dolor es fuerte”, dijo.
Según El Universal, diario venezolano, los funcionarios del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) no pueden autorizar la salida del cuerpo hasta que la familia no presente un documento legal que avale el parentesco.
A sus dos hijos cubanos no les sacó papales porque “siempre había un problema”. Y en el caso de Henry, todos sus documentos legales se le perdieron.
Su hijo menor, Juan Carlos Arias Sierra, de 24 años, perdió la vida el 24 de febrero de este año a manos de funcionarios policiales, según señaló, por haber sido señalado por los efectivos de haberse robado una moto. Ingresaron a la vivienda y le dispararon al joven, en lo que se supone fue un enfrentamiento.
Caracas, la más violenta
Sierra fue asesinado el martes de la semana pasada en Quinta Crespo. Laboraba en una venta de aparatos de telefonía y ropa usada, de un mercado de artículos usados.
El día anterior había discutido con otro vendedor que le pisó parte de la mercancía que exhibía.
Como le pidió resarcir los daños, el sujeto se negó rotundamente y discutió con él, además lo atacó con un cuchillo y le ocasionó una herida en el brazo izquierdo que requirió dos puntos de sutura.
Una vez en su casa, ubicada en el sector Anare de La Guaira, la madre le dijo que dejara de trabajar en Caracas para evitar problemas, pero Henry no le hizo caso y se fue el martes al mercado a cobrar un dinero que le debían.
Sin embargo, su destino fue otro. Fue interceptado por el vendedor con que había peleado y otros tres sujetos más.
Lo atacaron a golpes y Henry intentó correr para resguardarse, pero se tropezó y cayó al piso. Allí lo atacaron a puñaladas por la espalda y murió en el sitio.
Con información de: El Universal
