Nidieska Mederos y su hijo Adrián, tienen la triste suerte de vivir entre los escombros de lo que cada día va siendo menos su hogar y pareciéndose más a una fría tumba donde en cualquier momento ambos podrían quedar atrapados, sin opciones, sin salida.
Esta madre soltera, paciente de VIH, vive en estas condiciones desde sus inicios. Su hijo, de corta vida puede afirmar lo mismo. En el presente vídeo abren a Cuba Net las puertas de su vivienda ubicada en San Lázaro número 571 y Escobar, Centro Habana, para contar su historia.
Entre los legados de la llamada revolución cubana está la pobreza en la cual se ha obligado a vivir y morir a muchas familias. La dictadura es esa triste mezcla entre opresión, descaro y egoísmo que siempre mostraran el lado más oscuro de la existencia humana.
Con información de CubaNet