Samsung Electronics Co. está nadando contra la ola de daños a su imagen que ha generado el retiro del mercado de su teléfono de alta gama Galaxy Note 7, y ha sacudido la confianza de consumidores e inversionistas en el mayor fabricante a nivel mundial de teléfonos inteligentes.
La empresa de tecnología de Corea del Sur reveló a inicios de mes que retiraría del mercado 2,5 millones de teléfonos inteligentes de pantalla grande y resistentes al agua en 10 países y otros lugares a los que el dispositivo haya sido despachado, dando como causa baterías defectuosas que han hecho que el aparato explote mientras se carga. Unos 11 días después, Samsung aún no había fijado un cronograma detallado en mercados importantes, como Estados Unidos y Canadá, para que los consumidores puedan acceder a su teléfono de reemplazo.
Las acciones de Samsung se recuperaron el martes y cerraron con un alza de 4,2% después de dos jornadas consecutivas con tendencias negativas. Los analistas relacionaron el repunte a su decisión de vender activos no esenciales y el nombramiento como miembro de la junta de Lee Jae-yong, el presunto heredero del grupo, una medida que podría aumentar el ritmo a la toma de decisiones estratégicas.
Esta situación se produce en un momento crítico para la marca, que había apostado al Galaxy Note 7 y a su teléfono insignia, el Galaxy S7, para rectificar el rumbo luego de dos años de caídas de ganancias. El Galaxy Note 7 ha sido retirado de las estanterías, desde Australia hasta EE.UU., lo que probablemente afectará las ventas de Samsung en el segundo semestre del año, un período crítico para un sector que sufre una desaceleración de la demanda y se moviliza entre márgenes muy estrechos.
Con información de MSN.com
