El pasado 8 de septiembre, cuando un grupo de opositores se dirigían a la Iglesia de la Caridad, la seguridad del Estado se encargó de impedirlo, sin explicación alguna.
Roberto Ferrer, coordinador de la célula “Por una nueva Cuba” de la UNPACU relató como funcionarios de la policía del régimen lo detuvieron junto a su esposa y otros activistas cuando se disponían a asistir a la procesión de la Virgen de la Caridad.
“Salgo a la calle con un temor tan profundo que ustedes ni pueden imaginárselo” expresó
Un funcionario identificado como “Francisco” impidió a los activistas aproximarse a la celebración religiosa de gran importancia para la población cubana, según manifestó Ferrer.
“Él me dijo que no podía entrar a la iglesia. Le pregunté ¿por qué no puedo? si soy un ciudadano más que quiere ir a ver a la virgen marchar y me dijo que no. Nos metieron en la jaula a mí, a mi esposa y a dos activistas más que son Damas de Blanco y fuimos maltratados severamente”
El activista manifestó que temía por su integridad y la de su esposa, a posibles represalias.
“Temo por lo que pueda pasarnos a mí y a mi esposa, porque hemos sido amenazados brutalmente. Estuve durante 24 horas en la unidad El Cotorro y se nos impuso una multa de 30 pesos, dicen ellos, por desorden público”
“Simplemente íbamos a marchar, a cumplir con el deber de cada ciudadano y fuimos sometidos a este acto de violencia.
