Manuelo Paganelli conoció Cuba en 1988. Para él era “un país en blanco y negro como una película de Humphrey Bogart” por la ropa anticuada de la gente y los automóviles de época que transita por las calles.
Esta curiosa experiencia lo ha hecho viajar en 60 oportunidades a la isla fotografiando a la gente que ha conocido, los amigos que ha hecho, y las ciudades que ha experimentado.
En su libro Cuba: Un viaje personal (Daylight Books, 2016), narra su experiencia en el país.
“El tiempo se detuvo en 1959 y [el país] no había avanzado con la tecnología”, dice.
“Ahora ves Mercedes, BMW, todos los coches y de los fabricantes asiáticos. Ha habido una puesta al día acelerada, una curva de aprendizaje rápido.”
Manuelo Paganelli
Paganelli en un principio se aventuró a Cuba para aprender más acerca de su patrimonio cultural y su historia personal.
En viajes posteriores adoptó la mentalidad de un documentalista allí para comunicar la vida diaria de las personas que viven en el país que pocos extranjeros comprendidos.
“Para la mayoría de los cubanos era alguien de Marte o de una galaxia distante porque no habían visto un turista”, dice.
“Hubo viajeros internacionales, pero no para el turismo. Fue una aventura [para mí]. No había ninguna infraestructura. Todo estaba en ruinas y hermoso.”
Manuelo Paganelli
En el momento Cuba aún estaba ocupada por la Unión Soviética y poca gente viajó al país. Después de que la Unión Soviética retiró su presencia en 1991 , Paganelli fue testigo de la escasez que se debió a la falta de alimentos y medicinas, las importaciones del país.
“Hubo momentos en que comía frijoles negros todo el día y tal vez un día yo también tenía un poco de arroz”, dice.
En el ojo de Paganelli, el país comenzó a enderezarse alrededor de 1995, cuando empezó a notar el capitalismo comenzó a afianzarse y crecer en todos los ámbitos.
“Ese año, yo tenía la cena con unos amigos en Cuba, que no sabían sobre el capitalismo, que no sabían acerca de hacer dinero”, dice.
“Yo le decía a un amigo, prefiero comer en su casa porque su comida es mejor [que los restaurantes ‘] y se puede ganar el dinero, pero él temía recibir mi dinero. No tenía la mentalidad de ‘Dinero dinero dinero.’ Poco a poco la gente comenzó a hacer lo mismo [por la apertura de pequeñas empresas subterráneas de su propio] “.
Manuelo Paganelli
Un mundo desconocido
En los años siguientes, Paganelli vio más y más viajeros internacionales que vienen a explorar Cuba. Incluso empezó a acoger a sus propios fotografía impulsada recorridos por el país.
“Hoy en día, cuando voy, los participantes en mis recorridos fotográficos tienen acceso a buenos hoteles y habitaciones agradables, agua fría, agua caliente, aire acondicionado, yo no tengo esos privilegios”, dice.
“Recuerdo una vez que estaba viajando con un par de mis primos y uno se quedó sin bañarse porque le salían renacuajos de la ducha. Los turistas de hoy no volverían a ver eso.”
En la elaboración del libro, Paganelli quiere que los lectores experimentar un salto en el tiempo.
“Espero que lleguen a ver a Cuba la forma en que lo vi en esos primeros años”, dice. “Esperamos que se sienten lo que sentía.”
