36 años años atrás justo a las tres y once minutos de la tarde -hora de Cuba- del 18 de septiembre de 1980, partía del cosmódromo de Baikonur, en la antigua Unión Soviética (URSS), la nave Soyuz 38. El cubano Arnaldo Tamayo Méndez, se convertiría en el primer cosmonauta cubano y latinoamericano en ver la tierra desde una nave espacial.
Se trataba de un acontecimiento científico-técnico importante. Arnaldo Tamayo y el comandante de la nave, piloto cosmonauta de la URSS Yuri Romanenko, hacían historia.
El lanzamiento del cohete portador y la nave formaron parte del Programa INTERCOSMOS que, impulsado por la desaparecida Unión Soviética, facilitó a muchos países de menos recursos la posibilidad de realizar experimentos útiles para sus economías y desarrollo científico.

Este programa permitió que los países socialistas, aglutinados en el mismo, pudieran colocar al hombre en el espacio, y alcanzar de esta forma un eslabón superior en el camino al acceso a nuevas y provechosas tecnologías.
Algún tiempo ha transcurrido desde el día del lanzamiento, pero en la memoria de los cubanos permanecen frescas las imágenes de las luces que iluminaban la rampa, el despegue, el acoplamiento a la estación Saliut 6. Así como el rostro de un cubano sonriente, ecuánime y tranquilo, que veía el mundo desde arriba.
Desde una órbita de 400 kilómetros de altura, llegaba la señal de lo que ocurría en el espacio exterior. Latinoamérica acompañaba por televisión al intrépido cubano y al cosmonauta ruso, para vivir así esos instantes memorables que por primeros, resultan cercanos.
Fueron pocos días de vuelo, pero bien aprovechados por el equipo, que se mantuvo orbitando cerca de la tierra con un período de rotación de 90 minutos. Cuba se encontraba de pie frente a un suceso sin igual: el encuentro con el espacio planetario. Un momento de gloria para un país pequeño, subdesarrollado.
UN TESTIMONIO VIAJA A TRAVÉS DEL COSMOS:
“Muchas partes del planeta se ven. La Tierra parece envuelta en una cúpula de cristal. Ese gas atmosférico llega hasta unos ciento diez kilómetros de altura. Es de un color azul que se vuelve brillante como un cristal y permite distinguir los continentes, los océanos, inclusive las grandes autopistas. La salida y puesta del Sol es lo más bello que se pueda ver en el cosmos. Se hace un arcoíris en el horizonte de la Tierra impactante y viéndola desde allí la Tierra parece un lugar tan tranquilo y lleno de bellezas que uno no quiere imaginarla destruida por la guerra y mucho menos que el poder ver esa maravilla se convierta en un desastre por el uso guerrerista del cosmos. Las estrellas parpadean más y la luna es más brillante y todo es tan bonito que uno se siente orgulloso de formar parte, aunque sea una partícula, de ese universo.”
– Arnaldo Tamayo Méndez –
CRONOLOGÍA DEL VUELO ESPACIAL CUBANO-SOVIÉTICO
18 de septiembre: Lanzamiento de la nave espacial Soyuz-38, piloteada por la tripulación internacional compuesta por el comandante de la nave, Héroe de la URSS y piloto cosmonauta de ese país, Yuri Romanenko y el cosmonauta investigador, ciudadano de la República de Cuba, Arnaldo Tamayo Méndez.
19 de septiembre: Acoplaban la nave Soyuz-38 y la estación orbital Saliut-6, en el marco del programa Intercosmos. Se trasladaban Romanenko y Tamayo a la estación orbital.
20 de septiembre: Informaban del inicio del programa de investigaciones y experimentos tecnológicos a bordo del complejo orbital, Saliut-6- Soyuz 37 – Soyuz 38. Participaban los cosmonautas Romanenko, de la URSS y Tamayo, de Cuba.
25 de septiembre: Cumplían los cosmonautas Romanenko y Tamayo su programa cósmico; trasladaban al módulo de descenso de la Soyuz-38, materiales de los experimentos y de las investigaciones realizadas a bordo de la Saliut- 6.
26 de septiembre: Retornaba a la Tierra la tripulación internacional compuesta por los cosmonautas, Yuri Romanenko, de la URSS y Arnaldo Tamayo, de Cuba.
Fuente:Cuba nos une