Hay que admitirlo, Cuba se ha abierto al mundo. Hoy cualquier ciudadano de cualquier país puede invertir en Cuba, la única condición es que no sea cubano.
Conozco a varios empresarios latinoamericanos que han sido recibidos en la isla con los brazos abiertos, también conozco a varios cubanos a los que no se les ha permitido ni decir en qué quieren invertir.
Los empleados de las líneas aéreas internacionales son bien recibidos en la isla, siempre y cuando no sean cubanos; porque de serlo no pueden bajarse del avión en el que llegaron. Y lo más bochornoso es que, para resolver la situación, las aerolíneas se comprometieron a no llevar cubanos en sus tripulaciones.
Los cubanos son los únicos habitantes del planeta que tienen que pedir permiso, tener visa y pagar para poder entrar a su propio país. Los extranjeros, en cambio, pueden disfrutar de la Isla ilimitadamente con apenas una tarjeta de turistas. Sí, la dictadura de Cuba se ha abierto al mundo… y cada vez se cierra más para los cubanos.