Las alarmas se encendieron tanto dentro como fuera de Cuba, al escuchar las declaraciones de un senador de Puerto Rico cuando dijo que Raúl Castro debería ser nominado para el premio Nobel de la Paz por su “ayuda” en el fin de conflicto entre las FARC y Colombia.
Para darle el beneficio de la duda, quizás el diplomático puertorriqueño declaró tal barbarie porque no está consciente de lo que padecen los cubanos, y que mejor manera de expresarle la gravedad y lo errado de su declaración que de la mano de alguien que ha vivido y ve día a día la represión en Cuba.
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A continuación le presentamos un artículo del doctor Manuel González, quien exhorta a Raúl que para obtener ese premio debe deslastrarse del apellido Castro, pues sobre él recaen muchas muertes y mucho sufrimiento.
“Raúl, cámbiate el apellido, que ese Castro no te ayuda”
Dicen que un senador de Puerto Rico dijo que había que proponer a Raúl para Nobel de la Paz, pero eso es imposible, porque a Raúl, ese Castro no lo ayuda.
Si tan sólo fuera Raúl, pues si, como no, pero es Raúl Castro y ese Castro lo tiene y nos tiene embarcados, porque al ser un Castro, ya automáticamente se cree dueño y amo de Cuba, por ende, ve a los cubanos como sus esclavos, y por eso:
En lo que le da hospedaje y reconocimiento a los violentos de las FARC y sirve de intermediario en las conversaciones entre la Guerrilla y el Gobierno de Colombia en la mañana. En la noche, le cae a palos a mujeres, jóvenes y ancianos cubanos, sólo por pensar diferente y hacer uso de su derecho a la libertad de expresión.
Los encarcela, los discrimina, los hostiga, los golpea, no los escucha, los niega, los ofende, los destierra y los mata, si los tiene que matar.
Raúl, sácate ese Castro que llevas dentro, que es lo que te tiene y nos tiene embarcados, y tan solo se Raúl, te irá y nos irá mejor, pero yo sé que no puedes.
En fin…
No se puede fingir ser, lo que no se es. Todo cuánto hacen los Castro es maniobrar y engañar para mantenerse en el poder, de dueños y amos de por vida y transferirse entre ellos el poder. Esa es la droga y la enfermedad de los Castro y el que les diga que no está de acuerdo en que estén para siempre en el poder, ahí mismo se transforman en lo que realmente son: Castro. Y te matan si te tienen que matar.
Raúl, cámbiate el apellido, que ese Castro no te ayuda.
