Eduardo Lamora, conocido en el mundo del cine por ser un fuerte critico al régimen a través de sus peliculas, denunció que el gobierno de Cuba le impide su regreso a la Isla para tratar asuntos familiares.
“Durante mi último viaje a Cuba, en 2011, los policías que me entrevistaron en Mayarí hicieron referencia a mis películas. Mi único argumento entonces fue que en ningún momento había utilizado las películas para difamar a los líderes de la Revolución”.
Lamora expresó que “consciente de la transgresión y el riesgo que significa una película que pone en cuestión el sistema”
El cineasta, que estudió Geografía y Demografía en la Universidad de La Habana, fue enviado a Bangkok en 1979 para participar en un seminario de las Naciones Unidas, momento que aprovechó para quedarse en el exilio en Noruega, donde residió 19 años.
“Durante estos años nunca se me permitió visitar el país y por supuesto que tampoco se me ocurrió pedir un permiso para visitar a mi familia. Eran tiempos de Guerra Fría”, señaló el cineasta.
El autor logró volver a la Isla en 2004, viaje en el que nació el filme Cuba, el arte de la espera que aborda cuestiones como el exilio, la ausencia y la situación política del país. Muchas filmaciones para sus proyectos fueron clandestinas.
“Regresé sin dificultades en 2005 para hacer un rodaje suplementario y terminé el filme en 2006. Este filme se mostró en numerosos festivales, obtuvo varios premios y reconocimiento y yo regresé a Cuba en 2011 en ocasión de la muerte de mi hermano menor sin muchos problemas”, explicó Lamora.
“Siempre hubo controles aduaneros severos y en este último viaje fui citado por la policía, donde se me acusó de estar en Cuba haciendo trabajo de periodista y que por ello podía ser sancionado hasta con tres años de encarcelación. Sin dudas no me sabían cineasta”, agregó.
“La situación —apuntó Lamora— se volvió embarazosa para ellos ya que no sabían que yo me encontraba en Cuba a causa de la muerte de mi hermano. De este viaje salió la segunda película,Infinito sea, que también estuvo en numerosos festivales de cine y que es una reflexión sobre la ‘muerte’ de la Revolución y la de mi hermano que siempre creyó en las promesas de la misma”.
Con información de Diario de Cuba
