Este viernes inició la agenda de la “segunda dama” de Estados Unidos, Jill Biden, esposa del vicepresidente de ese país, Joe Biden.
La visita oficial para promover asuntos culturales, educativos, sanitarios y una acercamiento con las mujeres de la isla, se vio empañado por la realidad de Cuba: violaciones de derechos humanos.
Fuentes cercanas al gobierno revelaron a Cubanos por el Mundo, la “gran molestia” de Biden por haber modificado los planes de su cena en Camagüey, donde disfrutaría de uno de los paladares más famosos de la isla, el Restaurante 1800.
¿Por qué no en 1800?
Biden solicitó inclusive entrevistarse con el propietario, un cuentapropista detenido desde hace más de 14 días por haber incurrido en “supuestos ílicitos” según el régimen de Castro, actualmente sin derecho a la defensa y amedrentado con el decomiso de toda su mercancía.
En Cuba, la constante persecución al cuentapropismo resulta – a criterio de los isleños- la búsqueda de exterminar la iniciativa privada que ha demostrado tener mucho más éxito que la oferta estatal.
¿Una oportunidad?
La esposa del vicepresidente de EEUU celebrará un encuentro el sábado en la mañana con emprendedores cubanos, además de ver una representación de la compañía de danza “Habana Compás Dance”.
Esta podría ser la oportunidad para denunciar ante el mundo, la crítica situación del cuentapropismo.
La visita de Jill Biden, quien luego de Cuba irá a la República Dominicana, fue anunciada por la Casa Blanca el pasado 27 de septiembre.