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No más explosiones. Las imparables denuncias de incendios espontáneos por el sobrecalentamiento de batería de la serie Samsung Galaxy 7 produjo la salida del producto de manera indefinida del mercado.
A tan solo dos meses de su lanzamiento, llega la decisión. Para el mes de septiembre, la empresa mundial había retirado 2.6 millones smartphones. Sin embargo, la decisión fue retirar de manera definitiva el móvil que supera los 800 dólares.
“Hemos decidido detener la producción y las ventas del Galaxy Note 7 para considerar primero y sobre todo la seguridad de nuestros consumidores”, dijo Samsung en un comunicado al regulador bursátil surcoreano.
El líder mundial en fabricación de teléfonos de última generación solicitó a las empresas del mundo afiliadas detener las ventas del Note 7 mientras continúan las investigaciones para determinar la falla. El reembolso de dinero u otros productos, es la oferta de la empresa.
La decisión de Samsung de retirar el Note 7 de las tiendas por segunda vez en menos de dos meses no sólo genera nuevas dudas sobre el control de calidad de la empresa, sino que podría generar un enorme coste financiero y reputacional.
Los analistas estiman que el fin definitivo de las ventas del Note 7 costaría a Samsung hasta 17 mil millones de dólares y mancillaría la imagen de otros de sus teléfonos en la mente de consumidores y operadoras.
Hoy, Samsung perdió casi 20 mil millones de dólares en capitalización bursátil. Sus acciones cerraron con una caída del ocho por ciento, el mayor descenso intradía desde 2008.
Con información de Reuters