Aires de triunfo se sienten en los pronunciamientos oficiales, enalteciendo la acción del gobierno cubano para evitar víctimas fatales.
Sin embargo, a una semana del desastre ocasionado por Matthew, más de 180 mil cubanos continúan esperando alguna ayuda del Estado, tras los estragos que generó la tormenta a su paso.
Más del 90 por ciento de las viviendas de Guantánamo sufrieron daños, mientras continúan a la espera de la prometida ayuda del régimen.
La población de Baracoa, víctima anteriormente de otras fuertes tempestades, no guarda esperanza de que el régimen atienda sus peticiones. Los salarios no permiten que los cubanos puedan por medios propios levantar sus viviendas.
No sólo se trata de la infraestructura de las viviendas. Los cubanos de la costa oriental no cuentan ni con alimentos, ni agua potable suficiente, porque la ayuda no llega ni en la cantidad, ni la calidad anunciada.
Ocultar la realidad
Buscando esconder la realidad de la isla, el régimen ha iniciado una persecución a los periodistas independientes para que no difundan las condiciones de destrozo en las que se encuentra el oriente cubano.
La orden dada es que “ni una foto” podrá ser tomada para mostrar los daños en Cuba del paso del huracán Matthew.
