El órgano del Partido Comunista de Cuba, el diario Granma, dedicó una parte de sus complacientes y poca veraces páginas para resaltar lo que considera “contrarevolucionario” la cobertura del desastre causado por el huracán Matthew en la provincia de Guantánamo por parte de periodistas independientes.
De manera autoritaria, el medio oficialista asegura que los únicos autorizados para pernoctar en la zona del desastre son los periodistas que están a favor de la dictadura, ya que los independientes no cuentan con los requisitos para acceder a Guantánamo.
Sin embargo, Granma no resalta los arrestos y los abusos a que han sido sometidos periodistas que dan a conocer la realidad por la que están atravesando decenas de familias guantanameras y que han sido abandonadas por el régimen cubano a su propia suerte.
En cambio, en el artículo de Granma se hace mención a medios estadounidenses como CNN y ABC Miami, usual y fuertemente criticados en los medios oficialistas cubanos como parte de una televisión “imperialista” y que además son propiedad de corporaciones privadas; pero a quienes se les otorgaron credenciales para trabajar en las zonas arrasadas por el huracán, y el propio sitio oficialista reconoce su labor cubriendo el paso de Matthew por el oriente cubano.
De acuerdo a los datos brindados por el artículo oficialista, escrito por Oscar Sánchez Serra, 31 corresponsales extranjeros salieron de La Habana hacia Oriente. Entre ellos se contaba un equipo de la Associated Press (AP), con camarógrafo y fotorreportero, y otro de la agencia española de EFE, con igual cantidad de miembros más un redactor, que “vivieron en tiempo real el huracán en la ciudad de Baracoa”.
Sánchez Serra agrega que, a diferencia de la prensa autorizada, los reporteros independientes “intentaron dar una imagen, no ya diferente, sino distorsionada de la realidad que se vivió y que aún en plena fase recuperativa se sigue viviendo”.
“Además, actuaron sin autorización previa, como lo exige un momento de contingencia y en el cual el país tomó todas las medidas como corresponde a una situación emergente”, consideró.
Según el redactor de Granma, los periodistas no autorizados, “realizaron actividades, en las cercanías de la ilegal Base Naval que Estados Unidos mantiene en la provincia de Guantánamo, en contra de la voluntad de su pueblo, y que nada tenía que ver con las zonas más dañadas por el huracán”.
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