A cinco años del fallecimiento de la cofundadora del movimiento opositor Damas de Blanco, Laura Pollán, hay heridas que permanecen abiertas y continúan siendo razón de lucha activa en la isla.
Pollán era una maestra que incursionó en la política de manera activa tras el encarcelamiento de su esposo, Héctor Maceda, en la Primavera Negra, una redada del régimen de Castro donde 75 disidentes fueron puesto tras las rejas.
Desde entonces, Pollán se dedicó a asistir junto a su agrupación durante todos los domingos a la Iglesia Católica, mientras en el trayecto eran señaladas por los afectos al castrocomunismo.
Este diálogo permitió la liberación de medio centenar de prisioneros del régimen de los 75 condenados en el 2003.
Es recordada por su entrevista con el cardenal cubano Jaime Ortega, para solicitarle la intervención de la Iglesia Católica como mediadora para la liberación de los presos políticos en el año 2010 diálogo entre las autoridades católicas de la isla y el Gobierno de Raúl Castro, que condujo a la liberación de medio centenar de presos políticos que quedaban tras las rejas del grupo de 75 condenados en el 2003.
¿Muerte natural o víctima del régimen?
Falleció el 14 de octubre de 2011 a sus 63 años de edad de un paro cardíaco tras haber sido internada en una clínica en La Habana por una enfermedad respiratoria viral.
Su muerte como la de otros opositores de la isla estuvo rodeada de un gran enigma sobre la posibilidad de que no haya sido del todo “natural” sino que haya sido a través de la intervención del régimen de Castro que se haya provocado el fatal desenlace.
