China lanzó hoy al espacio una misión tripulada que durará 33 días, la más larga en la historia del país, con dos astronautas a cargo de la nave Shenzhou-11, que se acoplará al laboratorio Tiangong-2 para comenzar los preparativos para la futura estación orbital del gigante asiático alrededor del planeta Tierra.
Según lo programado, la nave despegó impulsada por un cohete Larga Marcha-2F desde el centro de lanzamiento de Jiuquan (norte), en el desierto del Gobi, ante un pequeño grupo de corresponsales extranjeros como testigos.
La tradicional cuenta atrás desde diez dio paso al encendido de los propulsores y, luego de generar un ruido estruendoso, el cohete se elevó sobre del desierto con destino a las estrellas, para el momento, no terminaba de salir el sol y la luna seguía iluminada.
“El Shenzhou-11 está en su órbita determinada según el plan original. Por tanto, la puesta en órbita de la misión tripulada ha sido un éxito”
Celebró desde la base un oficial militar.
Con el lanzamiento de la undécima nave de la familia Shenzhou -que en mandarín significa, literalmente, “barco divino”-, China cierra una pausa de más de tres años sin enviar astronautas al espacio.
La Shenzhou-11 tiene pautado volar fuera de la atmósfera hasta que alcance su próximo destino, la órbita del laboratorio espacial chino Tiangong-2 (a una altura de 393 kilómetros sobre la Tierra), que se estima dentro de dos días.
Se estima que ambas plataformas se acoplen cuando lleguen a posiciones compatibles y al completar dicha tarea tendrá inicio propiamente la misión.
Los astronautas Jing Haipeng y Chen Dong, la tripulación de la Shenzhou-11, son los encargados de ejecutar las tareas de la sexta misión tripulada que China envía al espacio.
Con información de EFE.
