Entre los mese de mayo y julio de 2016 en Ecuador, los cubanos que allí se encontraban se unieron para iniciar una serie de acciones con el fin de alcanzar tierras de libertad. Al principio eran unos pocos, luego el clamor comenzó a regarse entre los isleños y se fueron sumando hasta a llegar a ser centenares que exigían visas humanitarias para llegar a los Estados Unidos.
Ese clamor, esa necesidad, tuvo una cara visible durante esos meses, fue la de Efraín Sánchez Mateo, un cubano que residía en Ecuador y que se unió a la causa con el fin de alcanzar el mismo sueño que sus compatriotas.
Él asumió el rol de líder de ese movimiento popular, organizando marchas, concentraciones y exigencias escritas a la embajada de México y al propio gobierno ecuatoriano. Fue reprimido y encarcelado por Rafael Correa en complicidad con el régimen cubano.
Pero tras pasar por todo eso y encarar las selvas centroamericanas, hoy se encuentra en los Estados Unidos, donde dijo finalmente “soy libre”, exhortando a sus compatriotas q no darse por vencidos.
Efraín, excelente comunicador, licenciado en Estudios Socioculturales, con incursiones en la docencia y en la práctica de la psicología social, apasionado por los temas de naturaleza política fue entrevistado por el portal CubaNet Desde Houston, donde ha sido acogido por su familia.
A continuación la entrevista.
¿Qué le llevó a asumir el papel de líder y representante de los cubanos residentes en Ecuador?
Ha sido una necesidad. Ver la mala calidad de vida de los cubanos en Ecuador, la situación a que nos enfrentamos por no poder legalizar el estatus migratorio por acuerdos bilaterales entre Rafael Correa y la dictadura cubana. Sin poder trabajar —y el que lograba trabajo era explotado como mano de obra barata—, sin dinero para comer, para pagar la renta, sin medicinas para los niños; además de saber que muchos estaban siendo engañados con falsas promesas de Peter Borges, el líder anterior, alguien que hacía más de un mes tenía la respuesta negativa del consulado mexicano, pero la ocultó”.
¿Por qué las acciones de los migrantes cubanos experimentaron un giro rotundo a partir de su liderazgo?
Solo les di a conocer que la situación humanitaria existía, era palpable, pero a nadie le interesaba porque a la luz internacional el gobierno de Rafael Correa era ejemplo en desarrollo social y nadie creería que existiera tal crisis, aun cuando el propio estado ni reconocía tal condición.
Además, les di elementos con la ayuda y asesoría legal de nuestro abogado, haciéndoles comprender que la situación económica por la que se supone salgan de Cuba tiene sus causas y sus culpables, en este caso los que gobiernan, y las leyes y resoluciones tanto constitucionales como del código penal.
Les hablé del derecho a la libertad de expresión, de democracia, además de que era muy necesario que se conociera en el mundo que el 70 por ciento de los que allí se encontraban eran profesionales de la salud, del deporte, la educación y otras esferas de las ciencias; no simples y comunes delincuentes en busca de beneficios políticos cómo argumentó en su momento el consulado cubano.
En resumen, fueron todos los que por deducción lógica argumentaron la razón política por la que huimos de Cuba, y por las mismas razones políticas que se crearon como acuerdos bilaterales entre ambos países desprotegiendo todos los derechos y acuerdos internacionales firmados por Ecuador, donde eran ejemplos en política migratoria y derechos humanos.
Cuéntanos sobre tu incidente con la policía
Fue una experiencia inolvidable pues sentí lo mismo que cada cubano que ha sido encarcelado por el régimen castrista: la impotencia, la falta de recursos en materia de derecho y justicia, desamparo constitucional, todo por pedir libertad, democracia, por decir la verdad y sobre todo no estar de acuerdo con el gobierno y su política corrupta.
Recibí los mismos maltratos, golpes, amenazas, intimidación, violación de los derechos humanos fundamentales por la condición de hacinamiento al que fuimos sometidos durante las primeras 24 a 48 horas. Permanecí incomunicado por dos días y medio y luego permanecí tres días más en prisión y tuve que pagar una multa de cien dólares.
Salí de Quito como psicólogo voluntario para apoyar a las familias con pérdidas familiares o materiales. Doy gracias a este país —que no necesariamente se debe juzgar por su lamentable gobierno— por darme la oportunidad de colaborar con aquellos que más necesitados estaban. El Consejo Nacional de Participación Ciudadana y Control Social me aprobó para participar en esta noble labor.
Estuve cerca de un mes en estas labores, pero la principal experiencia fue durante la semana que pasé en Porto Viejo, uno de los sitios más severamente afectados por el terremoto.
¿Qué futuro ves para Cuba?
Sueño con que mi país sea libre, que no existan los Castro ni los comunistas, que nuestras familias no pasen hambre, que podamos elegir a nuestro presidente, que haya democracia, libertad de expresión. Sueño con muchas cosas para mi país, pero sobre todo con que la justicia haga pagar a los asesinos de Fidel y Raúl Castro y todos sus seguidores que de una forma u otra han sido copartícipes de la represión contra mi pueblo.
¿Y para Ecuador?
Respecto a Rafael Correa y su gobierno de izquierda, le digo que algún día podré denunciar con pruebas concretas las atrocidades cometidas contra la comunidad cubana. Espero que sean juzgados por una corte internacional por las múltiples violaciones a los derechos humanos.