Un grupo de manifestantes invitó al exdiputado Eduardo Cunha, reconocido como uno de los políticos más influyentes en Brasil y detenido el miércoles acusado por corrupción, a que difunda todas las irregularidades de las que tiene conocimiento y “entregue” a sus posibles colaboradores en sus actos delictivos.
“Entrega a todo el mundo”, le gritaban de manera estruendosa al poderoso expresidente de la Cámara de Diputados un grupo de personas que lo esperó este jueves en las inmediciones de la sede del Instituto de Medicina Legal de la ciudad de Curitiba, lugar en el que el exparlamentario fue sometido al protocolario examen médico-legal luego de su detención.
Los gritos estaban relacionados a las versiones que asegurn que el exfuncionario, en caso de aceptar un convenio para que se cumpla con la Justicia, pueda afectar con acusaciones de corrupción a no menos de un centenar de parlamentarios y a varios de los ministros del actual presidente, Michel Temer.
El expresidente de los Diputados, principal promotor del juicio político que finalizó con la destitución del cargo de la expresidenta Dilma Rousseff en el mes de agosto, fue detenido ayer en Brasilia y conducido a Curitiba, ciudad desde la que se orquestan las investigaciones del gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Adicionalmente, del juicio por el presunto cobro de cinco millones de dólares por favorecer a una empresa con un contrato con Petrobras, Cunha hace frente a otros procesos por variados delitos, incluyendo uno por cuentas bancarias en el extranjero en las que oculta dinero de supuesta procedencia ilegal.
Con información de EFE