El gobierno de Bashar al Asad y su aliado ruso, Vladimir Putín, son acusados de cometer “crímenes de guerra” en Alepo, Siria, esto durante los enfrentamiento que se han desarrollado por conquistar los barrios rebeldes que están contra el totalitarismo del regente sirio.
En torno a esta situación, el régimen cubano se negó a que una omisión de investigación de la Organización de Naciones Unidas lleve a cabo una investigación de estos presuntos crímenes.
Los intensos bombardeos en Alepo-Este causaron al menos 500 muertos y 2.000 heridos, según la ONU, que señaló además la destrucción de infraestructuras civiles, en particular hospitales.
En Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó la resolución presentada por Reino Unido y promocionada especialmente por Alemania, Arabia Saudí, Catar, Estados Unidos, Francia, Italia, Jordania, Kuwait, Marruecos y Turquía, que solicitaba una investigación y pide que se identifique a aquellos “sobre los que hay una base razonable para creer que son responsables” de crímenes de guerra.
Además exige que sean juzgados mediante “mecanismos de justicia apropiados, justos e independientes nacionales o internacionales” como la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya.
Cuba se opuso a tal medida, junto a Argelia, Bolivia, Burundi, China, Rusia y
Venezuela.
Sin embargo recibió la aprobación de 24 naciones y 16 abstenciones.
Con información de Agencias